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CUALIDADES DEL CALÍGRAFO
Tomado de “Arte de la escritura y de la caligrafía : teoría y práctica” de Rufino Blanco y Sánchez
I. -Cualidades naturales
1. Buena vista y buen pulso. - 2. Imaginación viva y fecunda y memoria feliz. - 3. Claro entendimiento, buen gusto y facilidad para imitar buenos modelos. - 4. Talento: genio.-Inspiración.
1. La Caligrafía es una bella arte; luego el calígrafo debe reunir las condiciones comunes a todo artista; y como ser inteligente, capaz de producir la belleza, ha de tener vocación, aptitud natural para el ejercicio del arte a que se dedica, y educación de esta misma aptitud76. Siendo la Caligrafía, como es, arte óptica o de la vista, y además arte de la palabra, necesitará el calígrafo las mismas cualidades que han de reunir los que se dediquen al cultivo de las artes plásticas y las que son propias de los artistas de la palabra. Además, necesitará alguna cualidad especial, propia y peculiar, para el ejercicio de la Caligrafía. En dos grupos podemos considerar divididas las cualidades del calígrafo, a saber: naturales o recibidas de Dios, y adquiridas o procuradas por el mismo artista. Las naturales pueden referirse a las potencias de orden sensitivo, a las del intelectivo y aun a las del apetitivo. La Caligrafía es una arte plástica; sus efectos se han de percibir necesariamente por el sentido de la vista; luego el ejercicio de este sentido es indispensable para escribir con belleza. Ahora bien; el trazado caligráfico tiene partes muy finas y delicadas, y no basta para percibirlas una vista cualquiera, sino la vista adiestrada. La obra caligráfica, como ya se ha visto, se produce con la mano: luego la intervención del pulso en el acto de escribir es inevitable; pero no basta para este ejercicio un pulso cualquiera tosco y poco fino; se necesita, por el contrario, un pulso seguro y delicado, especialmente en los pulpejos de los dedos, pues la producción caligráfica exige mover la mano en muchas direcciones, con rapidez y soltura y con tacto exquisito, que solamente puede emplear el que posea buen pulso. 2. El calígrafo necesita, a más de la vista y del tacto en la mano, buena imaginación para poder imitar y crear, y buena memoria para recordar los modelos dignos de ser imitados, las reglas del Arte, la forma de las letras y otras particularidades de este ejercicio. 3. Necesita además el calígrafo buen entendimiento, claro juicio y recta razón, para comprender el valor y significación de los signos, para corregir y ordenar las concepciones de la imaginación y para dar a la producción el carácter racional, el sello artístico que debe tener. Necesita también el calígrafo ejercitar no poco la paciencia, pues los trabajos de Caligrafía son muy entretenidos y molestos. Ha de añadir a estas buenas cualidades el artista de la Escritura, buen gusto, compleja facultad del espíritu que permite distinguir lo bello de lo deforme y apetecer las obras que reúnan buenas condiciones estéticas. En el ejercicio de todas las artes, y lo mismo ocurre con la Caligrafía, la imitación es la base de la enseñanza; luego el calígrafo debe tener la facilidad de imitar los grandes modelos de la bella escritura, y especialmente los de la letra española. 4. Del talento, que es el conjunto de buenas cualidades espirituales de una persona, necesita todo artista, y por tanto, el calígrafo, para producir la obra bella capaz de interesar a un público. El genio es el talento en grado eminente o extraordinario. Conviene que el calígrafo sea un genio, pero esto no se puede exigir a todos, porque los genios escasean; bastará, pues, con que sea hombre de talento. Por último, el calígrafo ha de ser capaz de inspirarse, esto es, de que sus facultades se exciten y entren en feliz actividad para producir en poco tiempo y con frecuencia creaciones artísticas dignas de tal nombre.
II. -Cualidades adquiridas
1. Educación: facultades o potencias que debe tener mejor educadas el calígrafo, y medios de conseguirlo. -2. Instrucción: cultura general y especial: conocimientos técnicos. -3. Destreza artística.
1. -Las cualidades adquiridas del calígrafo pueden reducirse a dos: educación e instrucción. En efecto, el calígrafo debe tener educadas sus facultades naturales para que adquieran mayor perfección; pues las potencias del hombre, en su estado natural y primitivo, son ineptas para el ejercicio de las artes, y por tanto, para el de la Caligrafía. Para esta educación ha de cultivar particularmente la vista, el pulso o el tacto de la mano, la imaginación, la memoria, el entendimiento, el buen gusto y, en fin, todas las potencias que intervengan en la producción escrita. En el capítulo tercero de los Preliminares se han hecho las indicaciones referentes a la educación de la vista y del pulso, por lo cual no se han de repetir aquí; pero debe tratarse en este punto la manera más conveniente de educar las otras facultades que han sido enumeradas. La imaginación se educa en la contemplación de la naturaleza y de las obras artísticas visitando museos y monumentos, leyendo obras literarias, oyendo música selecta y lecturas estéticas, y ejercitándose en las bellas artes; la misma Caligrafía sirve para este fin. El uso de los medios indicados desenvuelve y perfecciona también el entendimiento, el buen gusto, la memoria y otras potencias del espíritu. Puede atenderse particularmente a la educación de la memoria sensitiva con el estudio de los idiomas, el de la Geografía, el de la Historia en sus diversos aspectos y el de la recitación de obras literarias escogidas. Para educar el entendimiento nada más a propósito que el estudio de la Filosofía, de las Matemáticas y, en general, todo estudio científico. También es medio muy eficaz de educación intelectual, y muy conveniente para el calígrafo, el estudio de los idiomas, ejercicio que cultiva además, como ya queda indicado, otros órdenes de facultades. Imitando los buenos modelos, conseguirá el calígrafo desenvolver y perfeccionar todas las facultades que ha de ejercitar en la producción de la obra escrita, y si a esta perfección añade el conocimiento reflexivo de las reglas del Arte, merecerá el dictado honroso de artista de talento. 2. El artista, además de educado, debe ser instruido. El calígrafo ha de tener, por lo menos, la cultura general de toda persona civilizada, y ha de conocer, siquiera sea elemental mente, las ciencias y artes relacionadas con la escritura; debe tener conocimientos especiales referentes a las artes que más se relacionan con la Escritura, que son las artes plásticas y las artes de la palabra, y poseer con cierta perfección la Lectura y el Dibujo. El calígrafo debe adquirir, además, con la mayor extensión posible, los conocimientos técnicos propios del ARTE DE LA ESCRITURA, para lo cual estudiará los autores más célebres en esta materia. 3. Por último, el calígrafo, para merecer tal nombre, debe dominar el instrumento que usa; ha de adquirir, por tanto, soltura y seguridad en el manejo de la pluma, para lo cual necesita hacer muchos y adecuados ejercicios durante no poco tiempo. Cuando el que escribe tenga las condiciones naturales enumeradas, cuando las haya educado convenientemente y cuando su instrucción llegue al límite, habrá conseguido la habilidad técnica o destreza artística necesaria para producir obras escritas capaces de agradar, y merecerá en justicia el nombre de calígrafo.
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Actualizado el 25/11/2009 Eres el visitante número ¡En serio! Eres el número |