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La C es la tercera letra del alfabeto romano y del alfabeto español y la segunda de sus consonantes. Su nombre español es femenino: la ce y su plural es ces. El signo procede de la C latina, al redondear la letra griega G, gamma, que se derivaba de un símbolo fenicio llamado gimel o camello, éste a su vez procedía de un símbolo egipcio. En español la letra c se combina con la letra h para formar el dígrafo ch, que se lee como che. Representa el sonido producido por el contacto de los bordes de la lengua con los del paladar, juntándose primero y separándose después, el aire sale pasando por esa barrera, rozando y explotando, se cierra el velo del paladar y no vibran las cuerdas vocales. Este signo es el de palabras como ‘chocolate’ y ‘corcho’, con algunas variedades dialectales en los diversos países que hablan español.
Uso fonéticoNo posee una pronunciación única en nuestra lengua, sino que depende de la letra que la siga y del dialecto:
Evolución de su pronunciaciónLa pronunciación de la c vacilaba en latín vulgar (y en el primer latín clásico) entre una /k/ (velar, como en "casa") y una /k/ palatal (como la /k/ de "quiero"). También la g adoptó dos variantes: velar (como en "galgo") y palatal (como en "guiemos" pronunciado rápido). Esta vacilación velar/palatal fue heredada del latín vulgar por las lenguas romances (español, francés, italiano, etc.). Obsérvese que el punto de articulación velar de /k/ y /g/ (se pronuncian "en la garganta") resulta muy lejano al de los sonidos /e/ e /i/, que se pronuncian acercando la lengua al paladar. Por eso, con el tiempo, la c y la g acabaron haciéndose palatales en las posiciones ce, ci, ge, gi, y velares en los demás casos. Esto ocurrió en la mayoría de las lenguas romances, incluido el español, e incluso en el latín eclesiástico, y dio lugar a las siguientes pronunciaciones múltiples:
En español, a esta evolución la siguió una segunda: se produjo un desplazamiento de la c hacia una /θ/ interdental y de la g hacia una /x/ velar. Ésta es la pronunciación que conocemos en el castellano europeo actual: ce /θe/, ge /xe/, etc. La pronunciación de la c y la g se consolidó en la Castilla del siglo XVI, y quizá por este motivo no llegó a cuajar en algunas partes de Andalucía ni en América tampoco, donde se sesea: ce /se/ y ci /si/. Representaciones alternativas
Véase también
Significados
ChEl dígrafo ch es la cuarta letra del alfabeto español desde 1803. Su origen se remonta al uso que hacían los latinos en las traducciones griegas de la letra Χ χ cuyo sonido no existía en latín: v.g. Christo etc. Para efectos del orden alfabético dejó de considerarse como una letra independiente a partir del X Congreso de Academias de la Lengua Española (celebrado en Madrid en abril de 1994). Representa al fonema africado /t∫/. Su nombre es femenino: la che y plural es ches. Uso fonéticoEn el estándar fonético de España, y de buena parte de América, el sonido de Ch es prepalatal africado sordo, semejante a la Ch inglesa, pero articulado con más suavidad y en un punto más cercano a los alveolos. En España y América existen otras realizaciones para Ch que podemos resumir del modo siguiente: una realización fricativa [∫] como la Ch francesa o portuguesa, una africada débil casi alveolar de tipo [ts] y otra africada palatal con fase fricativa muy débil que suena algo así como [t] seguida de una [y] muy breve. La variante fricativa, [∫], se produce principalmente en posición intervocálica ("leche", "muchacho") y es típica de muchas zonas de Andalucía y también de zonas de la ribera caribeña (partes de Cuba, República Dominicana, Puerto Rico y Panamá). La realización [ty], se articula con una [t] alveolar seguida de un elemento palatal muy breve, la oclusión se produce en la zona predorsal, con la lengua casi plana y la punta descansando en los incisivos inferiores, ésta es la variante típica de las Islas Canarias y también, al menos, de algunos hablantes de la República Dominicana, de Colombia y Puerto Rico. La otra variante comentada es una africada débil, donde el un punto de articulación es más alveolar que palatal, dando un efecto acústico de tipo [ts]. Esta realización [ts] se oye de forma ocasional en España alternando con la variante prepalatal.
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Actualizado el 25/11/2009 Eres el visitante número ¡En serio! Eres el número |