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Real Academia
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Sin lugar a dudas el motivo fundamental que desencadenó la fiebre por el uso y conocimiento de la tipografía fue la aparición en 1984 del ordenador personal de Apple Macintosh. Si bien IBM lanzó su modelo de ordenador personal (PC) al comienzo de los años 80, fue el ordenador presentado por Apple el que con su interfaz gráfico y facilidad de uso posibilitó, junto con los programas PageMaker y QuarkXPress, el nacimiento del concepto de autoedición. Pronto los diseñadores descubrieron las posibilidades de este sistema en cuanto a rapidez, economía y posibilidades de control y su uso se extendió rápidamente al mismo tiempo que aparecían nuevos periféricos como el escáner que posibilitaban la introducción de los distintos elementos del diseño en el nuevo flujo de trabajo digital.
"Ucla Summer Sessions " obra de Paul Rand. 1993
Asimismo la industria gráfica se tuvo que adaptar rápidamente para la nueva era lo que significó que en un corto período de unos diez años la revolución digital se consolidó plenamente. En este período en lo referente a creación de tipos se empezaron a crear de forma que sirvieran para darlos salida en impresoras de gama baja y que se vieran bien en las pantallas de los ordenadores (Lucida, Demos, Praxis pueden servir de ejemplo).
La utilización plena de los sistemas digitales de producción en los años 90 posibilita que cada usuario de ordenador sea un tipógrafo en potencia. El control que los programas de software proporciona sobre la tipografía y la utilización de programas de creación digital de fuentes (Fontographer) dio lugar a la aparición de miles de tipografías nuevas y consecuentemente a pequeñas empresas que las distribuían.
Y si, en la actualidad, la experimentación sigue asumiendo su papel de motor y dinamizador de la tipografía es lógico que prácticamente cada día veamos una nueva propuesta estética. Completamente nueva o con características del pasado, los mass media se encargarán de difundirla rápidamente pero qué es ¿estilo, moda, vanguardia?, sólo el tiempo nos lo dirá mientras tanto yo continuo con los ojos bien abiertos.
2. Normas Básicas de Tipografía 4. ¿Por qué importa la tipografía? 5. Organización y Manejo de las Tipografías 7. Creación de Tipografías Digitales 8. Ideas y Trucos Utiles para Crear una Fuente Digital 9. Consejos en el Uso de Tipografías
LA IMPRENTA EN CASA
Sorprende mucho la escasa sensibilidad que la mayoría de usuarios tienen respecto de la tipografía. A pesar de que la configuración básica de un equipo doméstico o de oficina, con una impresora láser o de inyección de tinta a color, pone a nuestro alcance crear documentos impresos con una calidad digna de imprenta, la mayoría de gente se conforma con emplear el ordenador como una especie de máquina de escribir sofisticada. Y no es eso. Debería ser mucho más. Con estos equipos, tenemos en nuestras manos aquello que hace unos pocos años era sólo posible para publicaciones importantes: imprimir a todo color, con elevada calidad y con muchos tipos de letra para elegir. Siempre nos ha parecido una de las cosas más fascinantes de los ordenadores, si no la que más. No debe exagerarse la importancia de la tipografía, ni tampoco exigir demasiados refinamientos a unos pocos folios de un informe, un cuestionario o un listado. Pero utilizar siempre aquello que viene prefijado, y siempre lo mismo... ¡este es el otro extremo! Es aburridísimo. Es infrautilizar las cosas que ya tenemos. Es como comer siempre el mismo plato, hasta que nos lo cambien. Ni hablar: tenemos que emplear las fuentes tipográficas que tenemos, y emplearlas bien. Para elegir un tipo de letra distinto en un programa, ya no puede ser más sencillo; no es excusa, ni siquiera para el más inexperto usuario: normalmente, es una opción dentro del menú de Formato | Fuente:
Allí podremos elegir de entre la lista de fuentes disponibles; y muchos programas incluyen una barra de herramientas donde podemos elegir más rápidamente el tipo de letra, su tamaño y otras propiedades. Fonts para imprimir y fonts para la pantalla. Con Windows vienen preinstaladas una serie de fuentes estándar que están muy -demasiado- vistas. Algunas personas les tienen auténtica aversión, de tanto verlas. Resulta comprensible. Existiendo tantas fuentes a nuestra disposición, es un disparate utilizar siempre las mismas, algunas tan vistas como Times New Roman o Arial (Helvetica). No es que sean fuentes feas o mal diseñadas. ¡Incluso el caviar, repetido cada día, nos hartaría! El remedio es muy simple, porque cualquier programa (Office, StarOffice, WordPerfect, CorelDraw...) viene con docenas, si no centenares, de otras fuentes que pueden ser buenas alternativas para vuestros textos. Además, abundan las páginas de Internet en las que pueden descargarse tipos de letra gratis, de todo tipo. Ofrecemos algunas direcciones en la última sección.
Fonts especiales para la pantalla.
Elección de fonts para un documento. Si muchos usuarios de pc no se molestan en cambiar nunca la fuente por defecto del programa que utilizan, también tenemos gente que, irreflexivamente, utiliza cualquier fuente que puede escoger para sus proyectos, en ocasión de forma claramente inadecuada. El criterio que podemos seguir es sobre todo nuestro propio gusto, pero conviene tener en cuenta algunos principios, en especial la legibilidad. Este criterio es especialmente importante para textos largos. Para bloques de texto más cortos tenemos mayor libertad de elección, y para los títulos podemos emplear la fuente que queramos, en función del espíritu del documento y la sensación que nos interese crear. La legibilidad de los caracteres es una propiedad derivada del diseño mismo de los tipos de letra. Tradicionalmente, se han considerado más fácilmente legibles las letras con remates en los extremos (serifs), si bien en un monitor, dada la baja resolución con que se muestran incluso puede ser al revés. Para la pantalla, algunas fuentes sans como Verdana o Tahoma ofrecen óptima legibilidad. Las fuentes ornamentales o caligráficas no deben emplearse más allá de unas pocas líneas, puesto que serían causa inmediata de fatiga visual... Cuando elegimos una fuente de entre las muchas disponibles, tenemos una serie de diseños que abarcan varios siglos. Letras al estilo de Bembo se basan en diseños del siglo XV-XVI. Otras han sido diseñadas hace unos pocos años, o recientemente. Existe toda una evolución en las formas de los caracteres que es interesante conocer. En Internet encontramos toda una serie de páginas que se ocupan de este tema, y también existen diversos libros que tratan del mismo. Algunas letras van asociadas a un período histórico determinado, o a un lugar en el mundo. Inmediatamente asociamos lo que se haya impreso con ellas a estas épocas. Otras, como Garamond, son diseños atemporales -inmortales, podríamos decir- y resultan tan frescos hoy como en el momento en que se crearon, hace siglos. Para elegir un tipo u otro de letra, y combinar algunos tipos de letra en un mismo documento, podemos hacer caso de las recomendaciones que hacen algunos expertos. Por ejemplo, el sistema Esperfonto, de Daniel Will-Harris, clasifica las letras según la sensación, el gusto que confieren a un documento, en lugar de criterios históricos o técnicos. Muchos diseñadores y tipógrafos preparan una paleta de fuentes con una letra serif para el texto, una letra sans para los subtítulos, pies de foto, resúmenes... y tal vez una letra especial para el título principal. Es una fórmula que es simple y efectiva. Se trata de evitar la mezcla de diferentes fuentes de palo seco juntas o diferentes letras serif juntas; es una combinación que raramente funciona. Por otro lado, a la hora de definir los atributos tipográficos en un documento, deben tenerse en cuenta una serie de normas de la práctica profesional que son tan fáciles de recordar y aplicar como incumplidas por la mayoría de usuarios de pc.
Momentos de cambio para la tipografía.
La tipografía vive momentos de cambios profundos. Y se dan una situaciones paradójicas, derivadas de la imparable popularización de la web. Aunque los recursos tipográficos de los navegadores son miserables (aunque las hojas de estilo CSS han solucionado algunas de las deficiencias), se crean nuevas fuentes continuamente, y en Internet proliferan las fundiciones tipográficas digitales (digital foundries), existen muchísimas páginas dedicadas a la tipografía, servidores de fonts gratuítas o share ... es realmente sorprendente la variedad y calidad de los recursos sobre tipografía en la red. Compartimos algunos en la última sección; no hay demasiados, pero alguno de ellos vale por mil. El significado mismo de lo que es una fuente tipográfica ha cambiado varias veces a lo largo del siglo, y con la digitalización el cambio ha sido radical, al menos respecto del uso individual que podemos hacer en nuestro pc. Es curioso que los nombres que manejamos, fonts, fundición tipográfica... se refieran a tecnologías, ya obsoletas, de creación de tipos para la imprenta basadas en la fundición de metal y vaciado de moldes. La tipografía en Internet tiene serias limitaciones, por el momento, si nos limitamos a documentos de hipertexto html. Es muy difícil controlar la letra con que se verá una página en el navegador (porque el visitante puede no tener instalada la que especificamos o bien porque su configuración local hace que se muestre otra fuente.) Se ha encontrado una "solución" que no es tal: preparar las letras en forma de gráficos, normalmente GIF, como las barras de navegación y los logos de estas páginas. El inconveniente principal del texto en forma de gráfico es que no puede manejarse como texto: es una imagen, y el texto que contiene no puede recuperarse. Con las páginas web todavía no hay un estándar universalmente aceptado de incrustación o embedding de fuentes. Internet explorer tiene un sistema, Netscape otro, de manera que casi ningún webmaster opta por incluir fuentes dentro de sus páginas web. Aunque estos últimos años, la proporción de usuarios que utilizan explorer ha aumentado tanto que ya puede considerarse el navegador. Otras formas de transmitir documentos electrónicos, como el PDF, son muy superiores para controlar todo aquello referente a las fuentes y el diseño de página.
NORMAS BÁSICAS DE TIPOGRAFÍA
Elección del tipo de letra.
Actualmente existen miles de tipos de letra distintos. Cualquier usuario puede tener a su alcance algunos centenares (los que vienen incluídos con los programas comunes.) Aunque la elección de la tipografía para un documento es una cuestión en buena parte de gustos personales (y de modas), existe consenso entre los especialistas en una serie de puntos básicos. El de la tipografía es un mundo fascinante, y en Vigital le hemos dedicado una cuidada sección. Si lo que queremos es un texto fácilmente legible, debemos descartar letras muy ornamentadas o decorativas. Éstas deben reservarse para usos especiales (carteles, títulos, iniciales, logotipos...) El cuerpo del texto debe componerse con letras discretas y fácilmente legibles (pero también refinadas y agradables a la vista.) Las letras que se suelen considerar idóneas para el cuerpo de texto son las serif y las de palo seco -o simplemente sans- en sus diferentes variantes.
Existen miles de tipos de letra digitales disponibles y existe toda una clasificación que conviene conocer. Podemos encontrar mucha más información sobre estas cuestiones en diferentes páginas web y libros.
El tamaño más corriente para el texto normal está entre los 10 y 12 puntos. Un punto equivale a 1/72 de pulgada. Si diseñamos una composición con múltiples columnas estrechas, se puede reducir el tamaño a 8 ó 9 puntos. Si usamos papel de gran tamaño o carteles, podemos aumentarlo proporcionalmente. Por lo que se refiere a los encabezados, títulos y subtítulos, no hay reglas fijas, pero suelen aplicarse tamaños que sean del orden de un 20% superiores o inferiores al del texto, y aplicar cambios de estilo donde convenga (negrita o cursiva.) Esto significa que para un texto a 10 puntos, un subtítulo de tamaño razonable podría tener unos 12 puntos. Si el texto es mayor, a 12 puntos, el subtítulo debería aumentarse a 14-14,5 puntos. Reglas principales para la composición tipográfica (y errores más comunes.) Estos son algunos mandamientos que deberían seguirse. ¡Siempre! Muchos errores que se cometen derivan de aplicar la práctica de la mecanografía tradicional (con muchas limitaciones) a los programas de tratamiento de textos, que son mucho más flexibles. Recordemos: Debe usarse un tipo de letra apropiado para el cuerpo de texto, y a un tamaño que haga confortable la lectura. El tamaño por defecto de muchos programas es de 12 puntos, tal vez un poco grande para texto impreso, aunque está bien para pantalla. Para documentos impresos, resulta más profesional e invita más a leer un tamaño de 10 a 11 puntos (o tal vez 10,5 puntos.) No deben mezclarse muchos tipos de letra distintos en cada página. El aspecto será caótico -o parecerá un catálogo tipográfico. "Demasiados" en este caso son un máximo de 4 tipos de letra diferentes, incluidas las cursivas.
El interlineado es otra importante característica del texto. Muchos programas tienen la opción de "doble espacio" o "espacio y medio". Es mejor no utilizarlos. Todos los programas de procesamiento de textos permiten establecer un valor exacto para el interlineado: ved la tabla de valores recomendados; valores demasiado pequeños o excesivamente grandes dificultan la lectura. La diferencia entre un texto mal ajustado (o que emplee el horroroso doble espaciado) y un texto correctamente interlineado es tan grande como entre la noche y el día.
Normalmente, un interlineado del 120% al 140% del tamaño del texto suele ir perfectamente. Esto significa que para texto a 11 puntos el espacio entre líneas base de dos líneas consecutivas debe estar entre 13 y 15 puntos, aproximadamente.
Cuidado con la alineación del texto .
No creáis que el texto con justificación completa es más profesional. Echad un vistazo a cualquier publicación impresa. Os sorprenderá ver que, de hecho, se utiliza también mucho la alineación a la izquierda. Es la opción que obtiene una mejor distribución de las letras en cada línea, sin espacios en blanco o sin alterar el interletraje. Las otras opciones -alineación a la derecha y alineación centrada- deben utilizarse exclusivamente para textos cortos (citas, títulos, resúmenes...) puesto que hacen difícil la lectura.
Separad los párrafos correctamente.
Esto es muy importante, no sólo estéticamente, sino también para evitar problemas con todo el texto. Los párrafos no deben separarse nunca con dos retornos de carro. Nunca. Deben utilizarse las opciones de párrafo del procesador de textos o editor de textos (en Word, por ejemplo, se especifican en este cuadro de diálogo que aparece en Formato | Pàrrafo). Aquí se especifican los interlineados, sangrías, separación entre párrafos, control de párrafos consecutivos... y es una parte vital para que el documento tenga un aspecto correcto.
1. Sangrar la primera línea. El valor más usado entre los profesionales es de 1 em, una medida que equivale al tamaño de la letra, medido en puntos: si trabajamos a once puntos, 1em son once puntos para el sangrado (aproximadamente equivale a tres espacios.) Una sangría de un centímetro o más es una exageración y queda fatal. Este es uno de los errores más comunes al escribir textos. El primer párrafo suele dejarse sin sangría, porque ya se ve bien donde comienza. 2. Dejar un espacio extra entre los párrafos consecutivos, sin aplicar sangría a la primera línea. Esta separación se obtiene indicándolo en las opciones de párrafo del procesador de textos, no con retornos de carro adicionales. Insistimos: La sangría en un párrafo no debe aplicarse con un golpe de tabulador ni con espacios extra. Utilizad la opción del formato de párrafo correspondiente y especificad un valor exacto, normalmente de 1em. Nunca se debe subrayar el texto. Otro error muy común. Para enfatizar una parte del texto, se debe recurrir a la letra negrita o la cursiva. El subrayado es un viejo hábito de la época de la mecanografía mecánica. Se utilizaba con la máquina de escribir porque era la única forma de destacar una sección del resto del texto. El texto subrayado sólo es admisible cuando la letra simula una máquina de escribir antigua. Para tener un espaciado entre palabras y un interletraje óptimos, debe activarse la opción de separar con guiones. En Word, se establece en Herramientas | Idioma | Guiones. Activar esta opción es especialmente importante cuando se trabaja con columnas estrechas de texto y cuando se quiere justificar. No debe componerse texto sólo en mayúsculas. Puede hacerse para títulos, carteles... pero no es admisible para largos pasajes de texto. Es más difícil de leer y parece que GRITAMOS. Si realmente queremos un pasaje todo en mayúsculas, o debemos escribir unas siglas, es mejor usar letras versales o "small caps". Y, sobre todo, tened presente que determinadas letras nunca deben utilizarse en forma de todo mayúsculas; particularmente, las letras caligráficas y las muy ornamentadas. Detalles profesionales. Algunos errores que se comenten a menudo y pueden evitarse fácilmente: · Después de un punto, marcad un espacio, no dos. En los listados como este, en lugar de los muy vistos guiones, optad por un punto o algún elemento gráfico: un pequeño cuadrado, un rombo, un triángulo... · Esto es importante para el texto escrito: no deben utilizarse las comillas del teclado (", '). Las comillas tipográficas correctas son de esta forma: "estas comillas curvadas" o «estas comillas francesas».
· El problema está en que no figuran en el teclado. Las combinaciones necesarias figuran en la tabla adjunta. Por suerte, la mayoría de programas corrigen automáticamente este detalle, y es suficiente con teclear las comillas normales del teclado para que aparezcan las tipográficamente correctas. También es cierto que en las páginas web no suele haber tanto control tipográfico y a menudo aparecen las comillas "incorrectas" porque son mejor reconocidas por diferentes sistemas operativos. · Si vuestro texto contiene una cierta cantidad de cifras, procurad utilizar
un tipo de letra con cifras de caja baja (estilo antiguo), puesto que combinan mejor con un texto normal, con mayúsculas y minúsculas. Las tipografías que incorporan este tipo de cifras suelen llevar la terminación "osf" en su nombre (de oldstyle figures.) Con texto todo en mayúsculas, por ejemplo, en un cartel o portada, suele recomendarse utilizar cifras normales.
ELEGIR LOS TIPOS
Esta es sin duda una parte crítica del proceso de diseño. Todo el aspecto y significado aparente del trabajo, cambia con un tipo de letra u otro. Aunque no analicemos de forma consciente qué tipografía se ha utilizado, subconscientemente relacionamos aquello que vemos con experiencias anteriores. Y así, nada más mirar el diseño, sólo el tipo de letra utilizado ya nos comunica una sensación fría o amistosa, agradable o molesta, formal o informal.
Junto con el color, la tipografía puede alterar por completo el significado que asociamos a un diseño. El texto puede decir una cosa; las letras, otra muy diferente. Si es preciso elegir con cuidado, no tendremos problemas con la inmensa oferta de tipografías disponibles (literalmente, hay miles de fuentes digitales donde elegir.) Incluso el usuario más casero tiene a su alcance centenares de fuentes, como las que vienen de serie con muchos programas, tales como Office o CorelDraw. Por otra parte, la tarea de seleccionar aquello más apropiado de entre un conjunto tan extenso puede intimidar, o hacer pensar que se trata de una labor de expertos. En realidad basta hacer caso del sentido común y leer algunas informaciones básicas para poder ir sobre seguro.
Asociación de tipografía al tiempo y al espacio.
La tipografía tiene un poder insospechado: condiciona en buena parte la manera en que percibimos un mensaje. Tal como pasa con los estilos artísticos, musicales, la moda... cada tipografía puede estar asociada inequívocamente a un lugar determinado y a una época concreta. Esto hace que, normalmente, las tipografías que tienen una asociación clara de este tipo sirven para usos muy determinados, y que se empleen escasamente fuera de éstos, haciendo que incluso resulte extraño verlos en un contexto diferente del esperado. Por ejemplo, ¿por qué muchas cervezas se anuncian o tienen su logo con las típicas letras góticas fraktur?
Algunos estilos de fuentes se asocian a momentos en el tiempo o a lugares geográficos: se trata de un buen recurso para el diseñador, para reforzar la comunicación. Sólo con una elección adecuada de la tipografía ya puede conseguir buena parte de los objetivos de su proyecto.
Crear grupos de fuentes a medida. Cuando tenemos un gran conjunto de fuentes tipográficas, existen programas de manejo y organización de fuentes que se hacen imprescindibles. Algunos son gratis, otros son shareware, de manera que nos podemos hacer una idea de qué pueden hacer y cómo pueden simplificarnos la vida, tipográficamente hablando. Una prestación ideal de los programas organizadores de fuentes es la capacidad de crear grupos (o sets). Un grupo o set no es otra cosa que un conjunto de fonts, agrupadas según un determinado criterio: por ejemplo, fuentes serif, fuentes sans, letra manual... El grupo normalmente no contiene las fuentes en sí, sólo una referencia para acceder a ellas instantáneamente; así se pueden añadir, eliminar y cambiar fuentes del grupo sin ningún riesgo, ya que el fichero de fuentes en sí no se ve afectado.
Una vez se empieza a utilizar esta posibilidad, se convierte en algo adictivo e imprescindible: es la forma más rápida y cómoda de acceder a todas las fuentes necesarias para cada trabajo. Como mínimo, si se tiene una colección de varios centenares de fuentes, conviene crear algunos grupos básicos (utilizamos las que comentamos en la página siguiente: serif, sans, caligráficas, decorativas, dingbats...) Pero también es buena idea preparar grupos especiales, tales como grupos que recogen todas las fuentes necesarias para un proyecto, y la paleta de fuentes que utilizamos.
Grupos de tipos especiales:
· Las fonts slabserif o egipcias son un tipo especial de letra con serif o remate. En estas fuentes, los remates son rectos. Reconocemos que tenemos una debilidad por ellas. Son simples, elegantes y funcionales, y además fáciles de leer. Efectivas tanto para texto como para títulos. Además, no están demasiado vistas. Ejemplos típicos: Lubalin Graph, Geometric Slabserif, Stymie, Serifa, Square Slabserif...
· Fuentes al estilo de los arquitectos: fonts que se parecen a la rotulación que utilizan en los proyectos; un grupo muy variado, que incluye desde fuentes un tanto irregulares como otras más refinadas. · Letras de plantilla: desde las que se emplean para fardos y embalajes a las minúsculas plantillas de Rotring; algunas se utilizan mucho (al estilo del Dymo -¿recordáis estos artilugios?), otras no tanto. Plantiya es una creación original que surgió porque no encontrábamos en ningún sitio algo semejante. Más adelante hemos podido localizar otras, ofrecidas gratis, como Mars o la Holstein. · Letras de máquina de escribir. Quien iba a decirlo. Después de años de pedir algo más regular y perfecto, con la llegada del DTP y las impresoras láser, los diseñadores vuelven a emplear imitaciones digitales de las viejas letras de mecanografía mecánica. Se ha abusado mucho del efecto, pero todavía es una solución única para muchos trabajos.
Paletas de fonts.
1. 1. Una fuente para el texto, acompañada de: 2. 2. Una fuente para los títulos y subtítulos; su tamaño puede estar aumentado en un 120 - 130% de la fuente del texto. 3. 3. Una fuente para los pies de foto, resúmenes, citas y notas. En muchos caso, puede ser la misma fuentes que para los subtítulos, a tamaño más pequeño, por ejemplo a un 70 - 80% del tamaño del texto. La fuente elegida para el texto puede incluir, naturalmente, la variante cursiva y en negrilla. Ambas deben emplearse sólo para enfatizar partes del documento, no en fragmentos extensos. La regla principal que aplican todos los profesionales es elegir una fuente fácilmente legible, sea sans o serif, y acompañarla de otra que sea al revés: por ejemplo, si hemos elegido Garamond o Caslon para el texto, la acompañamos con Franklin Gothic o Univers para los pies de foto y subtítulos. Es decir: una fuente serif, combinada con una sans-serif. La manera más armoniosa es ésta: y admite una infinidad de variantes. Haced caso de esto: mezclar dos fuentes sans o dos serif suele fracasar, aunque siempre puede intentarse algún experimento. Elegir las parejas concretas de fuentes es una cuestión muy personal y, en todo caso, depende del proyecto en que trabajamos. Algunas fuentes funcionan muy bien juntas, otras no tanto. Algunas tipografías tienen versión sans y versión serif y suelen formar una perfecta combinación: por ejemplo, la forma Serif para el texto y la Sans para el resto. Con fuentes diferentes, es cuestión de probar; o hacer caso de las recomendaciones de expertos. Visitad la web de Daniel Will-Harris, donde encontramos todo tipo de información sobre la elección y combinación de tipografías (secciones Typophile y Esperfonto.)
En cada documento, al margen de la paleta básica, también puede recurrirse a alguna fuente especial, con mayor impacto, para el título general, o para separar grandes secciones. Esta fuente la elegiremos con mayor libertad, siempre velando de que sea apropiada para los contenidos y la intención del trabajo. El color, aplicado discretamente a algunas partes del texto, puede mejorar mucho su captación y aportar distinción. Incluso puede crear la impresión de mayor variedad de fuentes. Pero el color, usado inadecuadamente, puede tener un impacto negativo, y actuar como distracción y dar un aspecto vulgar. Por tanto, debe manejarse con prudencia y sentido común. Un ligero toque de color en los subtítulos, o remarcando una cita, es un recurso muy útil y elegante, pero hacer un collage de colores en una página de texto que pretende ser serio o informativo pone en evidencia un mal gusto y un escaso sentido común.
¿Qué fuente elegimos? Igual que la ropa con que nos vestimos, elegir una fuente es una cuestión muy personal, pero que refleja nuestro gusto y personalidad, o nuestras intenciones al preparar el documento: al menos, esto es lo que trasciende para el lector. Cada uno tiene su propio gusto, pero hay una serie de convenciones y debemos hacer caso de ellas si queremos que nuestros documentos no se presten a malas interpretaciones. Igual que acudir a una entrevista de trabajo vestidos con ropa multicolor, puede ser chocante, también sería difícil de entender que un documento pretendidamente formal ¡estuviera impreso en letras que sugieren el anuncio de una fiesta infantil! Para acertar con la elección, podemos dejarnos guiar por la impresión que nos causa el tipo de letra: ¿sentimos que entona con los contenidos, o no? ¿Se parece a los modelos que consultamos, o se aparta mucho? Hemos de elegir con sensatez. No olvidemos que las fuentes que usemos proyectarán buena parte de nuestra imagen y pueden potenciar o interferir el mensaje según elijamos. Conviene evitar lo que ya está muy visto. Una fuente que todo el mundo usa hace que nuestros documentos sean indistinguibles, un producto clónico de los demás. Las fuentes que incluyen los PC, como Arial (Helvetica), Courier y Times New Roman son las fuentes más repetidas de la historia. Para textos impresos, hay docenas de alternativas que, siendo básicamente del mismo tipo, sacarán del anonimato y aburrimiento a los textos que preparemos. No deben, sin embargo, desinstalarse del ordenador, porque muchos programas las utilizan en sus menús y diversas funciones. Pero no las utilicemos más allá de lo estrictamente necesario. Con el uso excesivo, fuentes que intrínsecamente son bonitas y con diseños muy refinados, acaban por cansar. Es lo que sucede ahora con fuentes estilo humanista como Officina Sans o Meta. Se emplean en todas partes; muchas empresas las han incorporado en su identidad corporativa, en anuncios... Al estar expuestos a tanta repetición, llega a provocarse hartazgo. Hace unos años sucedió con Helvetica. Ningún diseñador mínimamente profesional quiere oir hablar de ella, y utilizan alguna de las múltiples fuentes semejantes a ella, sutilmente distintas y no que no han cansado tanto. Con estas fuentes tipo Officina pasará sin duda algo parecido. Sí: con las fuentes tenemos auténticas modas: lo que ahora es actual, fresco, dinámico, cool, en unos meses o unos pocos años se convierte en aburrido, pesado, cansado. Si os gusta una fuente, pero la emplea mucha gente, aprovechadla mientras dura su vigencia... intentando que el diseño destaque por algún otro aspecto. Pero puede ser mejor idea buscar alternativas.
POR QUÉ IMPORTA LA TIPOGRAFÍA por Erin Kissane
A pesar de la idea predominante de que “los usuarios no leen,” las discusiones sobre tipografía en la red reciben mucha atención y ocupan mucho espacio— sólo en A List Apart hay más de media docena de artículos sobre la manera en que se puede presentar el texto de manera efectiva en la web. Hay otro aspecto de la tipografía en línea, sin embargo, que ha sido casi completamente ignorado: una puntuación bien establecida. No sólo gramáticamente correcta (lo que ya es un buen comienzo), sino también tipográficamente correcta.
Una breve historia de navegadores malos
Hace unos años, había buenos motivos para los desarrolladores web para tomar el camino fácil: una especificación de HTML que carecía de recomendaciones para los símbolos adecuados, combinada con navegadores que con frecuencia ignoraban que existían estándares, hizo que el nivel de precisión fuera cercano a imposible. En esas condiciones tenía sentido utilizar dobles guiones (--) en lugar de guiones em y dobles comillas (") en lugar de marcas de citación. En cualquier caso, estos recursos ya eran familiares para cualquiera que hubiera tecleado en máquinas de escribir, y los lectores adaptaron su tipografía limitada a ascii durante los primeros años de Internet, cuando tanto los grupos de noticias, el correo electrónico y la web compartían el mismo código y presentación de texto primitivos. Hoy en día, los navegadores que cumplen con lo estándares pueden mostrar nombres de entidades, e incluso Netscape 4.x puede trabajar con códigos de entidad numéricos. Pero, ¿por qué debería importarte? Después de todo, utilizar la puntuación correcta desde un punto de vista técnico implica memorizar cerca de una docena más de entidades, y habrá que convencer a un grupo de editores bien intencionados pero mal informados, y otros miembros del equipo. Y revisar una cantidad significativa de texto siempre es una molestia. Ya que la mayoría de la gente no se preocupa acerca de la diferencia entre un guión em y un Emmy, ¿por qué molestarse en hacer el cambio? En algunos casos, cambiar a una tipografía correcta puede que, sinceramente, no tenga sentido. Para el resto, dos motivos: usabilidad y estilo.
Dejar leer a los lectores
La web no proporciona unas condiciones ideales para leer. Los monitores de bajo contraste con bajas frecuencias de refresco hacen que sea difícil leer en el monitor, e incluso cuando un usuario tiene un monitor ideal, la estructura de la web favorece un cierto grado de mirar por encima y saltar de una parte a otra. Para compensarlo, pasamos horas imaginando formas inteligentes de hacer nuestro contenido más fácil de leer: troceamos pasajes largos de texto en trozos más cortos, utilizamos encabezados para facilitar la inspección del documento, y —frecuentemente— es una agonía el resolver las cuestiones de compatibilidad entre navegadores para asegurarse de que el texto se muestra tal como queremos.
Proporcionar pistas útiles
Dada esta situación, sería una lástima infravalorar la herramienta relativamente simple que tenemos con los signos de puntuación. La Tipografía, en esencia, trata de proporcionar indicaciones útiles al ojo del lector siempre que sea posible. Las marcas de puntuación, igual que los tipos, han seguido un proceso de selección natural para asegurarse que hacen precisamente éso. Las Comillas Tipográficas son curvadas en parte porque aclaran inmediatamente que estás al principio o al final de una cita, y parcialmente porque guían el ojo suavemente al pasaje:
"Omit needless words."
Los guiones em igualmente guían al ojo del lector suavemente de una parte a otra de una frase sin la interrupción visual de un guión corto doble.
La puntuación primitiva parece
descuidada--¿por qué no hacerlo con estilo? En particular, en un medio que invita a las mil distracciones, cualquier cosa que empleemos como desarrolladores web para mantener la atención del lector y para mantener sus ojos en un movimiento suave sobre nuestro texto, puede beneficiar nuestro contenido.
Una cuestión de estilo
Cary Grant, el más elegante de los gentlemen británicos, advirtió: “hacen falta quinientos pequeños detalles para causar una sola impresión favorable.” La puntuación mal formada impacta en un sitio por lo demás bien diseñado de una forma sutil pero acumulativa. Las comillas rectas en lugar de apóstrofes, y dobles guiones en lugar de guiones em pertenecen a la era de los fondos grises y la fuente monoespaciada por defecto—ya es hora de que la tipografía en la red se haga mayor.
Hora de hacerse mayor
Las especificaciones cada vez más sofisticadas y los programas navegadores han hecho que los desarrolladores web puedan crear interfaces cada vez más impactantes, y los estándares de la web se han desarrollado correspondientemente. Los diseñadores gráficos conscientes no dejarán que una imagen incorrectamente optimizada o mal recortada se publique, y los buenos editores no deberían publicar sitios web con errores gramaticales o faltas de ortografía. Ni tampoco los desarrolladores web que aspiren a la profesionalidad. No deberían dejar los detalles tipográficos de sus sitios incompletos o sin considerar.
Una cuestión de contenido
Algunos sitios son mejores candidatos para una mejora tipográfica que otros. Los sitios de noticias, o cualquier otro sitio con contenido suscrito, exigirían mucho más trabajo para mejorar que otros—aunque se puede hacer, como demuestra la tipografía excelente en MSNBC. Los sitios con contenidos independientes, por otro lado, son candidatos ideales para tener una atención especial a la tipografía; el mismo razonamiento se puede aplicar a los grandes sitios corporativos (una lecturabilidad mejorada y diseño claro y profesional) son incluso más importantes para los sitios pequeños cuya reputación puede depender más de su contenido que de su nombre de marca.
¿A quién corresponde?
En un equipo de trabajo, alguien debe (por ejemplo) corregir los errores de ortografía, pero la gramática de la tipografía corresponde a varios—diseñadores que no quieren que las incorrecciones tipográficas afecten negativamente a sus diseños, expertos en contenido que quieren que las palabras sean más legibles, y equipos de producción que quieren introducir los materiales de la forma más correcta. Si una reforma completa no tiene sentido para tu situación, todavía puedes aprender las herramientas y utilizar las partes que tienen aplicación en tus proyectos.
Conseguir ayuda
Unos tipos duros es la referencia esencial para todo aquello que tiene que ver con los detalles profesionales de la tipografía, su historia y su correcto uso. Un recurso excelente, en continua revisión y ampliación. Para más detalles del kung fu técnico de la puntuación correcta, lee el artículo de Peter Sheerin en A List Apart, y después visitar otros sitios como: El sitio de Dean Allen, Web Writing AppleScripts, una utilidad para Mac, y también su Word HTML Cleaner que ahorra mucho tiempo para no memorizar entidades. (Gracias a Dean por inspirar este artículo.) El Graphion Online Type Museum presenta breves reseñas de tipógrafos y otras informaciones sobre el contexto histórico, y counterspace está lleno de información interactiva sobre la historia y la práctica de la tipografía.
Erin Kissane es una escritoria y analista editorial, además de editora de A List Apart. Escribe sobre letras, en Incisive.nu. Hay una biografía más extensa en Happy Cog.
ORGANIZACIÓN Y MANEJO DE LAS TIPOGRAFÍAS
Requisitos
Windows puede manejar diferentes tipos de fuentes. Unas son de resolución fija, entre ellas las fuentes de pantalla y las de impresora. Este tipo de fonts, en especial las primeras, no las utilizaremos casi nunca en las aplicaciones. Son las que emplean los programas para sus propios menús y resto de interfaz gráfica. Los tipos de letra que casi siempre emplearemos con nuestras aplicaciones, tanto en el ordenador como para imprimir, son las fuentes escalables. Existen dos tipos principales de fuentes escalables: fonts truetype y fonts Type 1 (también llamadas Postscript type 1). Ambos tipos de fuentes contienen la información para los caracteres en forma de trazados vectoriales: pueden generar un carácter de cualquier tamaño sin pérdida de calidad en el contorno. Para utilizar las fuentes TrueType no hace falta nada especial: el propio sistema operativo Windows se encarga de gestionarlas. En cambio, para manejar fuentes type 1 (el sistema más profesional y utilizado en las artes gráficas) es preciso un programa especial dedicado a su manejo, llamado Adobe Type Manager (ATM). La versión básica del programa puede obtenerse gratis de la web de Adobe.
Fuentes en Windows
Todo usuario de Windows tiene una idea general de cómo funcionan los programas respecto de los tipos de letra, pero no siempre se sabe cómo maneja las fuentes el sistema y qué podemos hacer para que el funcionamiento de éste no se vea perjudicado. Hay algunos detalles que conviene saber: En primer lugar, para utilizar una fuente determinada, es necesario tenerla en nuestro sistema (normalmente en el disco duro, aunque también sea posible acceder a través de la unidad de disquette, cd-rom, incluso en red.) Esto equivale a disponer del fichero de la fuente: un fichero con extensión .TTF para las fuentes truetype y dos ficheros, al menos, uno .PFB y otro .PFM para fuentes Type 1. Segunda cuestión: no es suficiente con tener el fichero de la fuente en el disco. Para que los programas puedan utilizar las fuentes tipográficas, deben estar cargadas en memoria. Esto puede hacerse de dos maneras: cargar temporalmente el fichero de la fuente en memoria o instalar de forma permanente la fuente. Para ser más precisos, aparte de estas dos alternativas existe la posibilidad de incrustar (embedding) las fuentes dentro de un documento. Con esta última opción, en realidad, no dispondremos de la fuente para nuestro propio trabajo, ya que lo que se incrusta es una representación de la fuente para verla en pantalla y / o imprimirla, no el fichero de ésta. Los documentos PDF suelen incluir fuentes incrustadas de esta forma, y también puede hacerse con otros programas, como por ejemplo el mismo Microsoft Word.
Activación temporal de fuentes
Cargar la fuente en la memoria es una forma de poner a disposición de las aplicaciones la fuente en cuestión, durante un intervalo de tiempo limitado: hasta que se descargue de nuevo de la memoria, o hasta que se apague el sistema. Al reiniciar, ya no figurará en los menús de los programas. Activar las fuentes de esta manera es una forma muy conveniente de emplear fonts que sólo pretendemos usar para un proyecto concreto, o para un gráfico. Si el gráfico es un mapa de bits o un vector en el cual convirtamos a curvas las letras, ya no será necesario tener la fuente instalada para poder ver la imagen correctamente.
¿Cómo activar temporalmente las fuentes?
Primera forma: con el explorador de Windows, vamos a la carpeta que contenga los ficheros de las fuentes que queremos cargar en memoria. Haciendo doble clic sobre el nombre del fichero, aparece una ventana en la que nos muestra las características de la fuente, según vemos en la imagen adjunta. Si ahora minimizamos la ventana, podremos utilizar la fuente en cuestión en casi cualquier aplicación de Windows (discutimos una excepción más abajo.) Podremos disponer de la fuente mientras no cerremos la ventana de vista previa de la fuente (esto la mantiene cargada en memoria) o hasta que apaguemos el sistema. Una alternativa, mucho más cómoda, puesto que no aparecen más ventanas ocupando espacio en pantalla, y puede activarse una
carpeta entera de fuentes, es usar la pequeña utilidad llamada FontLoader, o cualquier otro programa que permita activar fuentes de esta manera (por ejemplo, Typograf o FontXplorer). FontLoader es gratis y se puede descargar de Moon Software. Su funcionamiento no ofrece dificultad. Lo único que hace es añadir nuevas opciones al menú contextual que aparece al hacer clic con el botón derecho sobre un fichero de fuentes truetype, o una carpeta que los contenga: el menú tiene cuatro opciones (ver imagen): instalar / desinstalar / cargar / descargar.
Instalación (permanente) de tipos de letra.
La instalación hace que la fuente esté a disposición de los programas de forma permanente, y que cada vez que arranca el sistema se carguen en memoria desde el principio de la sesión. Normalmente, una fuente instalada aparece en una carpeta especial dentro de Windows, llamada "fonts". Instalar una fuente es fácil: basta abrir Mi PC | Panel de Control | Fuentes y elegir "añadir fuente nueva". Buscamos en el disco o disquette el nombre de las fuentes disponibles, y elegimos las que queremos instalar. Apretando la tecla de mayúsculas durante la selección pueden elegirse varios ficheros consecutivos de la lista; con la tecla de control, varios ficheros no consecutivos. Los programas de administración de fuentes que comentamos más adelante también pueden realizar esta tarea (FontLoader lo hace, como hemos comentado, con un simple clic del botón derecho del ordenador.) La desinstalación es semejante; basta elegir la opción correspondiente a desinstalar. Cuidado con esta operación, si el programa pide confirmación para eliminar el archivo de fuente del disco; asegurémonos de tener otra copia disponible en otra carpeta o en un disquette o cd-rom. De otra manera, la perdemos irreversiblemente. Nota: Algunos programas, como Illustrator y Freehand NO admiten fuentes cargadas temporalmente o instaladas después de haber arrancado. En este caso, es preciso instalar antes de ejecutar el programa.
¿Cuántas fuentes debemos instalar?
Existen algunas reglas que conviene respetar. Para empezar, por mucho que nos guste la tipografía, nunca deberíamos instalar más allá de un centenar o unos pocos centenares de fuentes en el ordenador. Al arrancar, se cargan en memoria todas y ralentizan el sistema. Con más de mil tipos instalados, Windows puede comportarse de forma imprevisible y se vuelve incapaz de manejarlos. Es una limitación en el sistema que conviene tener en cuenta. De todos modos no es realista, ni práctico, tener tantas fuentes instaladas. Conviene efectuar una selección que incluya las más usadas o preferidas (unas pocas docenas, seguramente), y el resto, tenerlas ordenadas en carpetas. Si necesitamos alguna de estas últimas, podemos activarla temporalmente o instalarla momentáneamente. De este modo ganamos en rapidez y comodidad. Además, no deberemos buscar media hora entre la interminable lista de fuentes instaladas, cada vez que se nos ocurra hacer algún cambio de fuente en un programa.
Cómo clasificar las fuentes.
Para tener bien archivada la colección de fuentes, y poder acceder rápidamente a un tipo de letra concreto para activarlo o instalarlo, debemos clasificarla siguiendo un criterio fijo. Esto depende de cada uno, y de qué conviene a la colección que tiene. La clasificación que usamos va de la forma siguiente, y no nos va muy mal: por una parte, tenemos las fuentes Type1, por otra parte, las TrueType, que comprenden estas categorías.
Esta clasificación nos parece que funciona bien. Al añadir una nueva letra a la colección, simplemente debe copiarse en el directorio correspondiente. Una excepción es la de las colecciones de fuentes en cd-rom; normalmente vienen agrupadas por orden alfabético. De todos modos, no resulta nada complicado cambiar la ubicación de una de las fuentes o crear sub-grupos dentro de cada categoría. Teniendo en cuenta la capacidad de algunos programas de activar y desactivar grupos enteros de fuentes con un solo clic del ratón, tiene sentido, por ejemplo, tener tipos de letra similares o paletas de fuentes seleccionadas para un proyecto, dentro de una misma carpeta. Así se pueden cargar en memoria más rápidamente para una sesión de trabajo en la que se deban emplear.
Obtener muestras y catálogos de las letras.
Es una forma muy conveniente de tener organizada la colección y poder buscar rápidamente la fuente que nos interesa para un trabajo determinado. Además, es una manera de materializar la colección... de otra manera, es inevitable que buena parte de los tipos no lleguemos a utilizarlos nunca, e incluso nunca sepamos cómo son de verdad. Naturalmente, si disponemos de un catálogo impreso o folletos de muestra de alguna de las fuentes, ya no será necesario imprimirlas. Typograf, FontLister y todo el resto de utilidades que citamos más abajo permiten crear catálogos de diferentes tipos: imprimir un número variable de fuentes por página; un solo tipo por página, con textos a diferentes tamaños; el mapa de caracteres; la distribución en el teclado... Por cierto, las frases sin sentido al estilo de "el veloz murciélago hindú comía feliz cardillo y kiwi; la cigüeña tocaba el saxofón detrás del paleque de paja", "the quick red fox jumps over the lazy dog" o "pack my box with five dozen liquor jugs", son simplemente frases tipográficas, en las que aparecen todos los caracteres del alfabeto, para que nos hagamos una mejor idea. A veces también se ven palabras como AVATAR, hamburgevons y similares: son secuencias de letras que sirven para juzgar el interletraje de un tipo.
Programas de administración de fuentes
Sería mejor cambiar "fuentes" por "tipos de letra" en este título, a riesgo de parecer un manual de hidráulica. Este tipo de programas facilitan mucho el manejo de fuentes en el ordenador (no es que éste en sí sea complicado, pero al tener una gran colección puede llegar a ser más laborioso localizar lo que queremos.) Un buen administrador de tipos debe ser capaz de: - Mostrar el aspecto de la fuente, tanto si está instalada como si no. - Generar catálogos para imprimir, con diferentes opciones. - Permitir la comparación de dos o más fuentes entre sí. - Poder cargar/descargar e instalar/desinstalar fuentes de forma simple y rápida.
Algunos programas no permiten cargar y descargar temporalmente los archivos de fuente, pero lo compensan con una instalación y desinstalación muy cómoda y rápida. Todos los programas que podemos encontrar son bastante parecidos. En general se trata de aplicaciones de pequeño tamaño y que no requieren demasiada memoria para funcionar, y su manejo es muy fácil. En las imágenes podemos ver cómo es uno de estos programas (The Font Thing ). A la izquierda, tenemos una ventana tipo explorador, con las fuentes instaladas en el sistema y la lista de las fuentes que contiene cada carpeta; también tenemos las colecciones que hayamos definido. En la parte derecha se pueden ver muestras al tamaño deseado de los caracteres de una fuente o un conjunto de ellas, información detallada sobre cada una, el conjunto de caracteres o incluso notas que hayamos escrito sobre un tipo determinado, por ejemplo "Humanist 521 = Gill Sans" o "este tipo funciona bien a tamaños pequeños." El programa tiene muchas otras opciones, a las que se accede con los menús y barras de iconos.
Para ver una lista muy completa y siempre actualizada de los programas disponibles, muchos de ellos freeware o económico shareware, podemos visitar la muy recomendada página de Luc Devroye, On Snot and Fonts, (sección font managers). Podemos destacar los programas que siguen; no hay problema en tener instalado más de uno, pero sí es aconsejable no hacerlos funcionar simultáneamente, para evitar problemas con el sistema. Las utilidades para Mac y para PC son muy diferentes, ya que ambos sistemas, de hecho, manejan los tipos de diferente forma. Aquí comentamos algunas utilidades para PC: HP FontSmart Lite. Una versión light y gratis de una aplicación comercial de la casa Hewlett-Packard, uno de los principales fabricantes de impresoras. Puede descargarse de la web de HP, o de FontSmart.com FontLoader. Un minúsculo programa que es "invisible", dado que sólo añade cuatro opciones al menú contextual que aparece al hacer clic en el botón derecho sobre un archivo o carpeta que contenga fuentes. Permite activar/desactivar o instalar/desinstalar. Es gratis: puede obtenerse de la misma web que FontXplorer, una utilidad que maneja sólo TrueType, pero con muchas opciones. Éste último es un programa comercial, pero puede probarse gratis durante treinta días de uso real (no consecutivos.) Bitstream Font Navigator. Si tenemos Corel Draw v.8 viene incluído con el programa como obsequio. Es un programa excelente, que permite todas las operaciones básicas y puede manejar grupos de fuentes con extremada sencillez. Aunque no deja activar temporalmente las fuentes, lo compensa con una instalación y desinstalación ultra-fáciles: basta marcar, arrastrar y soltar el fichero o las carpetas con fuentes o los grupos creados con ellas desde el listado de fuentes a la izquierda hasta la lista de fuentes instaladas a la derecha. Más información en bitstream.com
FontLister era inicialmente freeware, pero las últimas versiones ya son comerciales -si bien muy baratas. Si podemos encontrar en algún servidor de ficheros la versión 2.0, es gratis. El creador del programa tiene más información disponible en su página web. Typograf es probablemente el más poderoso y completo administrador de fuentes que existe. Es shareware y puede obtenerse de diferentes servidores, o de la propia página web del creador. Muy aconsejable para quienes hagan un uso intensivo de los recursos tipográficos. Adobe Type Manager. Necesario si queremos emplear fuentes Type 1. Los programas que permiten organizar este tipo de fuentes, tales como Fontlister, Typograf, Font navigator... no pueden hacerlo por sí solos: ATM se ha de instalar primero. El programa tiene dos versiones: una gratis, light y otra comercial, deluxe, con muchas más prestaciones (un auténtico administrador de fuentes al estilo de Font Navigator o Typograf) The Font Thing, otra utilidad freeware con todo lo que se puede esperar de un buen administrador de fuentes. Lo encontramos en la web de su creadora, la australiana Sue Fisher. Otras utilidades muy convenientes: El mapa de caracteres de windows (ya viene con el sistema.) Podemos ver los caracteres "no visibles" que incluye cada letra, como las comillas tipográficas, corchetes y demás signos. Nos indica la combinación de teclado necesaria para obtener cada carácter: por ejemplo, con ALT y 0151 obtenemos un guión largo, el estándar tipográfico (el guión corto se usa para separar palabras.) Es una utilidad importante: vale la pena tenerlo al alcance de la mano, creando un atajo en el escritorio o la barra de tareas. Extended Character Map (freeware) es un mapa de caracteres mejor que el estándar de Windows. Los caracteres se ven más grandes y tiene algunas utilidades adicionales. Puede descargarse de la web. Symbol selector es una especie de mapa de caracteres que funciona sólo par fuentes codificadas como símbolos. Freeware: http://www.rks-software.com De la página de tipografía de Microsoft puede obtenerse un buen conjunto de utilidades gratis, así como un paquete de fuentes especialmente diseñadas para una óptima lectura en pantalla. Si no tenemos instalado Explorer versión 4 o 5 es aconsejable pasar por esta web y descargar las fuentes. Sí, a pesar de su fama de ser casi el Imperio del Mal, Microsoft ofrece una buena gama de utilidades: Font Smoother: hace que las fuentes se vean suavizadas en la pantalla, sin esquinas marcadas. Font Properties Extension : permite ver la información detallada de cada fuente, a partir de una opción en el menú contextual que aparece al hacer clic con el botón derecho del ratón sobre un archivo de fuentes. Font properties editor . Sirve para cambiar los parámetros de información contenidos en una fuente truetype. Si hemos creado una fuente en Corel Draw puede venir bien, porque su filtro de exportación de truetype no permite acceder a determinadas opciones. Weft. Es una herramienta para incrustar (embed) letras dentro de páginas web. Funciona con un wizard o asistente que explica los pasos que deben seguirse y nos guía a través de todas las operaciones necesarias (fácil.)
CATÁLOGOS TIPOGRÁFICOS
Los catálogos tipográficos, tanto en forma impresa como en pantalla, son algo fascinante. Podemos contemplar docenas de muestras de tipos de letra, ver sus posibles aplicaciones, imaginar su uso... para los adictos a la tipografía, echar un vistazo a la colección de fuentes es un entretenimiento en sí mismo. Por un lado, existen los catálogos impresos o digitales que proporcionan los fabricantes; por otra parte, para tener bajo control nuestra colección, podemos crear nuestro propio muestrario. Los programas organizadores de tipografías son la mejor forma de crearlos, aunque también es posible recurrir a cualquier otra aplicación: basta con escribir el texto deseado y guardar o imprimir. Lo ideal de un catálogo comercial, o una muestra para la pantalla, sería que incluyera la posibilidad de ampliar y reducir el texto, para ver el efecto de diferentes tamaños; poder teclear nuestro propio texto para ver la muestra. Conseguir ambas cosas es francamente difícil... veamos qué soluciones hay.
Hojas de muestra en PDF.
Esta es una solución muy extendida. Muchas fundiciones tipográficas digitales ofrecen catálogos PDF para descargar. Aunque el tamaño de estos puede ser considerable, una vez en nuestro ordenador nos permiten examinar en detalle las características de las fuentes. Normalmente, en el catálogo las fuentes están incrustadas, es decir, se ha guardado con el archivo pdf una representación del contorno vectorial de los símbolos de la fuente. Para citar un ejemplo, visitad Type-o-Tones, una fundición catalana, donde podréis obtener muestras de tipos tan conocidos como la tierna MeMima. Catálogos interactivos online
En la mayoría de vendedores de tipografías en la web encontramos sistemas que generan automáticamente una muestra a partir del texto tecleado por el visitante. Un ejemplo: el Type Viewer de la página de Eyewire (www.eyewire.com), o el sistema Euripides de www.itcfonts.com. El sistema incluye una aplicación que genera una imagen en forma de -gif en el servidor de la compañía, a partir del texto que ha enviado el usuario, y lo devuelve al ordenador cliente. Las fuentes están instaladas, evidentemente, en el servidor.
Flash
A partir de la versión 4, Flash se ha convertido en una interesante opción para generar catálogos online. En los ficheros .swf ahora es posible añadir cuadros de texto con las fuentes incrustadas. En pocas palabras, algo mejor que el pdf, puesto que aquí el visitante puede probar cómo se ven en la fuente elegida sus propios textos. Además, el fichero flash es muy compacto y puede verse directamente en el navegador (y si no tenemos el plugin, éste es mucho más pequeño que Adobe Acrobat, el lector gratis de PDF, de manera que puede descargarse en un momento.) Dadas estas posibilidades, empiezan a proliferar por la web páginas con catálogos de fuentes en formato flash. A destacar el sitio de Glitch, donde las cualidades citadas se aprovechan al máximo. Y además, encontraremos una generosa oferta de fuentes gratis. Otros formatos vectoriales.
Cualquier fichero vectorial permitirá observar las muestras de fuentes con todo detalle y con diferentes niveles de ampliación, como si se tratara de un pdf; si no fuera posible incrustar la tipografía en el gráfico vectorial, se puede optar por convertirlo a curvas editables. Por ejemplo, se podía recurrir a esta solución con las versiones de Flash anteriores (3 o anterior.) Utilizar otros formatos vectoriales distintos de Flash, de momento tiene poca viabilidad, dada la escasa implantación de otros formatos vectoriales. Incluir imágenes flare (.web) de Xara sería una solución comparable al pdf, pero el plugin necesario está poco difundido (puede obtenerse gratis de www.xara.com, y sólo son unos 200 kb --se baja en unos instantes.) Con el tiempo, el formato SVG será otra alternativa a considerar. Probablemente llegue a ser un formato muy popular, reconocido directamente por los navegadores. De momento, puede encontrarse un plugin gratis en la web de Adobe (www.adobe.com/SVG), pero es bastante voluminoso (unos 2 Mb.)
Incrustación de las tipografías en la página web.
Esta posibilidad se basa en tecnologías como Weft (de Microsoft) o WebFont Maker de Bitstream. Sobre el primer sistema encontramos amplia información en las páginas de tipografía de Microsoft (www.microsoft.com/typography.) El segundo sistema funciona directamente con Netscape; para Explorer hace falta un plugin que se obtiene gratis de la misma web de Bitstream (www.bitstream.com.) De hecho, la solución más extendida es mostrar las tipografías en formas de simples gráficos de bitmap (normalmente GIFs) enlazados a las páginas web. En parte para evitar tentaciones... es decir, evitar que los contornos incluídos en los sistemas anteriores puedan ser re-convertidos a una fuente operativa. Dado que a menudo es preciso exhibir una cantidad importante de gráficos, con las muestras de las fuentes, se recurre a diferentes soluciones para optimizar el espacio necesario.
DHTML, Java y otras soluciones
Una solución ingeniosa es recurrir a un applet de Java tal como el ImageViewer que nosotros empleamos en el Visor de Dingbats. Existen también scripts de DHTML semejantes (se pueden conseguir gratis en DynamicDrive.) Otra manera de organizar las muestras de imágenes es recurrir a un sistema de marcos (o frames). Creemos que este sistema, para las páginas web, en general presenta más inconvenientes que ventajas, pero en este caso se trata de una aplicación conveniente. En un frame lateral podemos tener la lista de los tipos de letra, mientras que en otro aparecen las imágenes de muestra, sin necesidad de ir pasando páginas. En las imágenes adjuntas (leyenda en inglés) se representan varias de las alternativas existentes para preparar un muestrario de tipografías para la web: a) a base de marcos o frames; b) Utilizando un marco interno (iframe) y c) con un script de html dinámico asociado a un formulario o bien mediante capas, que se activan o desactivan al hacer clic en un enlace de texto.
CREACIÓN DE TIPOGRAFÍAS DIGITALES
Todo usuario de ordenadores que maneje programas de diseño gráfico llega más pronto o más tarde a plantearse cuestiones sobre las "fonts" o tipografías: ¿Cómo crear una nueva fuente? ¿Cómo modificar las que ya tenemos? ¿Seremos capaces? ¿Es difícil?... Es evidente que las fuentes las ha dibujado alguien, con útiles de dibujo, o con el ordenador... incluso algunas están claramente basadas en escritura manual o caligráfica.
Preparar una nueva tipografía no es difícil, de hecho: la idea es muy sencilla y el equipo necesario, muy básico. Como mucho, puede considerarse un proceso más o menos laborioso, y que requiere organizarse bien. Esta guía no pretende explicar hasta el mínimo detalle el proceso de creación de fuentes, ni cómo trabajar con los programas que pueden emplearse -que son muchos-, tan sólo es un resumen de cómo hacerlo. Para obtener resultados óptimos, es necesario aprender más detalles sobre los programas que mencionamos. El mejor punto de partida es estudiar el diagrama que explica en qué consiste todo el proceso, qué tipo de ficheros pueden manejarse, y qué programas se pueden utilizar. Existen múltiples itinerarios posibles: podemos elegir la que más convenga, o la que mejor se adapta a nuestra forma de trabajar, conocimientos y recursos.
Qué es una fuente digital
Una fuente truetype o type1 es
simplemente un conjunto de dibujos vectoriales (que se pueden escalar sin pérdida de
calidad: más información en nuestros artículos sobre diseño gráfico digital),
guardados dentro de un fichero, con el formato [nombre_fuentet.ttf (truetype) o
nombre_fuentet.pfb y .pfm
(type1)]. Este fichero de la fuente contiene, además, la información necesaria
para hacer corresponder cada imagen al carácter correspondiente, y también para
el espaciado de los caracteres. Por tanto, crear una fuente digital se reduce a
1) hacer los dibujos y 2) Exportarlos como fichero *.ttf o *.pfb+*.pfm.
Materiales necesarios y esquema de trabajo
Aparte de los requisitos habituales para el diseño digital (naturalmente, el ordenador, los programas corrientes), necesitamos:
Un escáner: puede servir un viejo escáner en blanco y negro. Las fuentes no se crean en color: son simples imágenes vectoriales en blanco y negro.
Programas auxiliares de dibujo para adquirir imágenes dentro del pc, retocarlas y prepararlas para la tipografía. Sirve incluso el Paint de Windows, pero conviene más un programa con mejores prestaciones, como PaintShop Pro, Photoshop, PhotoPaint, PhotoImpact o similares. Incluso así, basta una versión antigua del programa sirve perfectamente.
Programas para convertir la imagen a vector y manipularlo. No son imprescindibles, pero pueden simplificar el proceso y permiten un mejor control. Suelen utilizarse CorelTrace o Adobe Streamline. Como programas de ilustración vectorial, los más conocidos son Corel Draw, Adobe Illustrator, Macromedia Freehand o Corel Xara; cada uno de ellos destaca en diferentes aspectos. Un programa para elaborar y guardar el fichero que constituye la fuente, bien Type 1, bien Truetype. Existen diversos programas capaces de ello, y de diferentes maneras. Desde programas de dibujo capaces de exportar gráficos como caracteres de una fuente (CorelDraw), programas especializados pero sencillos, shareware (Font creation Program, Softy), hasta auténticos estudios de creación digital (FontLab, Scanfont, Fontographer). Naturalmente, para resultados profesionales, es necesario uno de estos últimos, pero una fuente elaborada en CorelDraw o Font Creator es perfectamente válida y útil. El gráfico que incluímos aquí es un diagrama de trabajo para la creación de fuentes. Considera casi todas las posibilidades a la hora de diseñar y crear fuentes: incluye los programas que pueden utilizarse y los tipos de fichero que intervienen. Si no tenemos muy claras las ideas, conviene estudiar este gráfico con detenimiento antes de seguir.
Puntos de partida posibles para los tipos.
Primero, deben diseñarse las letras de la tipografía. Según muestra el diagrama adjunto, esto puede hacerse de diferentes maneras:
Paso a paso.
Seguidamente veremos paso a paso cómo elaborar los tipos. El proceso comienza con la digitalización de una imagen de las letras o símbolos con los que queremos trabajar. Para dibujar los símbolos... no hay mucho que explicar. Para agilizar el proceso, conviene escribir los caracteres en el orden en que están codificados. 1. Cómo escanear. Las instrucciones concretas dependen de cada aparato, pero una recomendación general es trabajar a resoluciones de 300dpi o inferiores y en blanco y negre (sí, aunque el magnífico escáner que tenemos sea capaz de llegar a miles de dpi y a todo color... ¡sólo conseguiríamos un fichero enorme, difícil de manejar y lleno de imperfecciones!) Es mejor dibujar caracteres grandes -hasta 4 o 5 cm. de altura y pasarlos a una resolución inferior a 300 dpi. Así se capta mejor la forma general, y se pueden descartar las irregularidades sin afectar el aspecto básico del carácter. Encontraréis más trucos sobre el manejo del escáner en la sección de Diseño gráfico.
A continuación, abrimos la imagen escaneada en el programa que habitualmente utilizamos con el escáner: Photoshop, PaintShop Pro, el que sea. Ahora es el momento de retocar, eliminar puntos de suciedad, llenar las partes vacías (ved las ideas extra al pie de la página.) De todo este proceso sale un fichero de mapa de bits, BMP o TIF. Una vez todo está listo, es el momento de pasar la imagen a forma vectorial, el que definirá el fichero de la tipografía, tanto si es Type 1 como TrueType. Lo que sigue a partir de ahora depende mucho del programa que utilizamos.
2. Crear una fuente en CorelDraw. Una de las cosas que más nos fascinaron de CorelDraw 3, hace ya muchos años, era su capacidad de exportar vectores como caracteres de una fuente truetype o type 1. Todas las versiones posteriores, naturalmente, mantienen este filtro de exportación que, sin embargo, falta en otras aplicaciones de dibujo pretendidamente más profesionales. No es una tarea nada complicada; sólo con un poco de base previa y una ojeada al manual se puede conseguir.
Veamos... el primer paso, partiendo del punto donde lo habíamos dejado es escanear y "calcar" en forma de vector. Abrimos la imagen en el programa CorelTrace (que se incluye con CorelDraw.) Este programa convertirá nuestra letra a contornos vectoriales. Leed más sobre el proceso de vectorización en el artículo correspondiente. Un programa equivalente es Adobe Streamline, pero este debe adquirirse por separado. Una vez vectorizado -s el o los dibujos, tendremos un fichero de dibujo vectorial, AI o EPS. Ya en CorelDraw, debemos preparar una página de referencia donde colocar los caracteres para guardarlos dentro de la fuente. Conviene un tamaño al cual se puedan observar bien los detalles de los símbolos, para retocar según sea necesario y mantener la calidad de los tipos a resoluciones o tamaños grandes. Lo más recomendable es definir una página de un tamaño de 750x750 puntos (haciendo doble clic sobre un punto de la página, o accediendo a las propiedades de ésta.)
En esta página (ver la imagen) colocaremos unas líneas de guía para igualar la posición de todos los caracters respecto de la línea de base y su tamaño. Una forma cómoda de situar estas líneas de referencia es escribir algunas letras de una fuente típica i escalarlas de forma que ocupen buena parte del recuadro de la página. Seguidamente, arrastramos líneas guía desde las reglas superior e izquierda de la pantalla. Con esta plantilla preparada ya se pueden dibujar o modificar los caracteres, importando los que hemos escaneado y vectorizado, o bien dibujando directamente. Con las versiones de CorelDraw que maneja casi todo el mundo seguramente podréis utilizar una página por carácter. Para simplificar las cosas, es mejor agrupar los caracteres en varios archivos de CorelDraw, puesto que más de 200 páginas en un solo archivo puede llegar a ser muy difícil de controlar. Por ejemplo, pueden separarse varios grupos siguiendo el orden del mapa de caracteres. Por ejemplo, grupos de unos veinte caracteres. Una alternativa posible es emplear una sóla página y varias capas, pasando de una a otra para ir trabajando y exportando los caracteres de la fuente. Este sistema puede funcionar incluso en la versión 3 de CorelDraw. Para que podamos trabajar con una cierta comodidad, en un momento dado debería ser visible sólo las capas de las guías, de la muestra de fuente y la actual.
Importamos el fichero AI/EPS (el resultado de la vectorización) a CorelDraw, a menos que decidamos dibujar directamente. Es hora de retocar los caracteres que hagan falta. Una buena idea es eliminar todos los puntos de anclaje innecesarios. Finalmente, cada carácter deberá estar constituído por un solo símbolo u objeto , combinando las partes necesarias si es preciso (en la opción Modificar | Combinar.)
Para, finalmente, crear la fuente, en el menú Archivo | Exportar, elegimos la opción "como True Type (TTF)" Debemos asegurarnos de que sólo exportamos el carácter seleccionado viendo que hay una marca en la casilla "sólo seleccionado" que aparece en el cuadro de diálogo de exportación.
Aceptamos y volvemos así al área de trabajo del programa. El proceso descrito se repite para cada carácter de la fuente: combinar en un solo objeto, ir a archivo | exportar... como truetype y asignar el carácter que corresponda. Sí, es verdad...¡ES TEDIOSO! Si os sirve de consuelo, Fontographer, el "Rolls Royce" de la creación tipográfica, también procede de uno en uno. De manera que es mejor tomárselo con calma. Una vez todo preparado, podemos plantearnos la creación de una fuente como un entretenimiento de un rato durante varios días seguidos. Las cosas buenas se hacen esperar. Pero al final tendremos una nueva fuente original que podremos usar, compartir y -quien sabe- quizás vender. Para comenzar a utilizar la nueva fuente, tan sólo hará falta instalarla o activarla con el procedimiento habitual.
3. Programas especializados. Naturalmente, un programa editor o creador de fuentes también puede emplearse en el retoque de una fuente creada en CorelDraw. Los controles sobre todos los aspectos finos de la tipografía son mucho mejores, como es de esperar, que el filtro básico de exportación de Draw. En la mayoría de estos programas, aparte de tener la posibilidad de dibujar directamente los caracteres, también se puede partir de una imagen escaneada en formato TIF o BMP, que pueden convertir automáticamente a vectores, y también aceptan directamente vectores en formato AI/EPS. De manera que el punto de partida no es muy diferente del de CorelDraw. El principal problema de un programa de creación tipográfica es, tal vez, su precio. Proporcionalemnte, si uno no es un tipógrafo que los pueda aprovechar de verdad, suponen un gasto elevado (ya que no sirven para nada más que para crear fuentes. ) En comparación, un programa de gráficos como CorelDraw tiene muchas más prestaciones, incluye muchos extras y suele ser muy barato, al menos en las versiones anteriores a la más reciente. Si queremos probar alguno de estos programas os aconsejamos especialmente ScanFont, porque con él crear una nueva tipografía puede ser cuestión de, literalemnte, minutos. No hay nada como este programa. Es un paseo: se reduce a abrir el dibujo con las letras o escanearlo (se puede hacer directamente desde el programa.) Con un solo clic, ScanFont separa todos los elementos de las letras y los vectoriza. Seleccionando -individualmente o en grupo- arrastrando y soltando los signos en una ventana con las casillas para cada carácter, se genera toda la fuente automáticamente. Se guarda el fichero como truetype o type1 y - ya está. Como es de suponer, suele hacer falta retocar algunos caracteres uno a uno, pero si hemos partido de una imagen nítida y bien alineada, de hecho el resultado puede ser casi defintivo. Sorprendente: toda aquella tediosa labor hecha en unos pocos minutos... Si queréis ver algunos ejemplos de fuentes creadas en ScanFont (Honcho, Depressa, Lletera), podéis descargarlas desde aquí. Alguna no tiene el juego de caracteres completo, pero tal vez os puedan ser útiles a pesar de ser proyectos incompletos. Las fuentes más definitivas están disponibles en nuestra página de fuentes originales gratis. Si tenéis más curiosidad, y no nos extrañaría, se puede descargar una versión demo (que permite exportar cinco fuentes por máquina) desde la web de Pyrus. El mismo fabricante ofrece también FontLab, un programa de nivel más profesional y una herramienta básica, y TypeTool , entre otras cosas. Esta web merece una visita porque además incluye tutoriales, consejos, faq... Un programa shareware que podemos evaluar sin tantas limitaciones y que no está tampoco nada mal es el FCP -Font Creator Program . Recordad que no sólo es un "creator", también lo utilizaremos para retocar. Se puede obtener de www.high-logic.com. Tanto los productos de Pyrus como el FCP vienen con tutoriales y ayuda, excelentes en los productos de Pyrus. Seguramente os sonará el nombre de Fontographer. ¿Qué sucede con éste? Es, de hecho, el más utilizado de los programas de creación tipográfica entre los profesionales. De todos modos, no funciona con el cómodo automatismo de Scanfont... aquí se procede de carácter en carácter. Ofrece, eso sí, un grado de control enorme sobre toda la creación de la fuented. El problema es que difícilmente se puede conseguir una versión de prueba. El distribuidor del programa es Macromedia (www.macromedia.com.)
IDEAS Y TRUCOS ÚTILES PARA CREAR UNA FUENTE DIGITAL
· Un poco de imaginación a la hora de dibujar las letras... Uno no tiene porque limitarse al bolígrafo o la pluma... pueden emplearse ceras o crayons, lápices, pincel y tinta, rotuladores, bastoncillos de algodón con tinta, los dedos, tiralíneas, recortar papel o cartulina... · Si preparamos una fuente con caracteres muy grandes y gruesos, (o dibujos con muchas áreas negras) no es necesario llenar todo el trazo de negro. Podemos dibujar sólo el contorno y llenarlo dentro del programa de dibujo, una vez escaneado. · Suavizar las formas durante el calcado. Los programas de vectorización permiten ajustar la precisión del proceso; jugando con estos controles se puede llegar a un resultado óptimo para cada proyecto. · Eliminar puntos de anclaje excesivos. Es importante que el vector de cada carácter no tenga excesivos nodos, porque de otra manera se perjudica el aspecto y aumenta la complejidad de la fuente, los requerimientos de memoria, etc. Procuremos que el número de nodos sea el mínimo posible para definir la forma: por ejemplo, una forma ovalada precisa sólo cuatro nodos. · Probar cómo ha salido. Para controlar el producto, se puede probar una impresión a diferentes tamaños y cómo se ve en pantalla, preferiblemente con suavizado de los contornos en pantalla ("anti-aliasing"). · Añadir acentos o caracteres especiales: un programa de creación tipográfica puede resolver un problema común en muchas fuentes -share o freeware que se pueden obtener de mil sitios: la falta de caracteres especiales, tales como los acentos, la ç, la ñ, etcétera. Hay diversas formas, una de ellas consiste en copiar y pegar por ejemplo la "a" en las posiciones de la á, á, ä... , la "e" en las posiciones de é, è, ê....y a continuación copiar los acentos para colocarlos sobre todos los caracteres con acento agudo, grave... · Si queremos dibujar directamente en pantalla los caracteres, muchos programas de dibujo vectorial ofrecen útiles magníficos, como las plumas caligráficas (con un control preciso sobre el ángulo que forman con la línea de base y el grosor del trazo); incluso a partir de un dibujo lineal simple, se puede elegir posteriormente un trazo grueso. No resulta difícil trazar con el ratón, pero si se tiene una tableta digitalizadora puede ser mucho mejor. · Dibujar los caracteres siguiendo el orden del mapa de caracteres. Este es el orden que figura en este gráfico. Así ahorramos mucho trabajo a la hora de asignar los signos a la posición correspondiente dentro de la fuente.
Utilizar el escáner
En la página sobre el escáner de la sección de diseño gráfico ya hemos explicado lo más esencial del proceso de captación de imágenes. Debemos añadir algunas ideas interesantes aquí. Respecto de la resolución aconsejable, algunos creadores de fuentes utilizan la mínima (72 dpi, semejante al monitor), y adquieren caracteres dibujados a gran tamaño(digamos de más de 5 cm. de altura). De esta manera no se captan demasiados detalles, que realmente no interesan, porque no se convierten en otra cosa que irregularidades; se capta más bien la forma general de la letra. Es una opción a tener en cuenta. En general, resoluciones demasiado elevadas dan más problemas que ventajas. Si bien las letras se van a utilizar como gráfico en blanco y negro, y aunque nuestro punto de partida sea ya un dibujo en blanco y negro, es mejor no escanear directamente en blanco y negro; es mucho más aconsejable escanear en niveles de gris, porque se capta mucho mejor la forma, sin descartar información que inevitablemente se pierde en la modalidad de blanco y negro. A continuación, una vez adquirida la imagen, aplicamos un nivel de contraste/brillo aceptable y guardamos como mapa de bits de 1 bit (blanco y negro.) Si el resultado aún tiene contornos irregulares, podemos probar de definir más la forma aplicando un leve desenfoque y a continuación contrastar de nuevo la imagen para que este contorno suavizado quede mejor definido. Vectorizar.
Al vectoritzar, igual que durante el escaneado, exactitud y calidad no son precisamente sinónimos. Si las opciones de la aplicación que utilizamos para vectorizar intentan ajustar un contorno con elevada sensibilidad, acabamos con un vector con demasiados puntos de anclaje. Esta situación debe evitarse, porque empeora la forma de los contornos de las letras, además de añadir complejidad innecesaria al fichero de la fuente. ¿Cómo se pueden obtener contornos vectoriales más limpios -con sólo los puntos de anclaje imprescindibles? Una forma es configurar la aplicación de calcado vectorial (CorelTrace o Streamline, por ejemplo) para que calque la forma del vector con una menor sensibilidad, descartando así pequeñas irregularidades y manteniendo, en cambio, la forma mediana más regular de cada tipo. Otra posibilidad es limpiar el resultado del calcado vectorial. Esta opción está disponible en Streamline, Freehand o Fontographer de forma rápida y sencilla. Una opción llamada algo así como "clean up paths". Con estas indicaciones no será difícil llegar a unos vectores para los caracteres de las fuentes con el mínimo número posible de puntos de anclaje. Evidentemente, el número necesario depende sobre todo del tipo de contorno. Una letra sencilla, geométricamente simple, requiere pocos nodos; una letra con contornos irregulares o un dingbat exige más. En cualquier caso conviene asegurarse de que no hay un exceso. Finalmente, la forma más efectiva y radical de controlar la calidad del vector es ¡prescindir del auto-calcado! Basta abrir la imagen de bitmap como referencia y con la pluma ir colocando puntos de anclaje, decidiendo su ubicación de uno en uno. Para proyectos profesionales, ésta es una forma de obtener resultados excelentes. Pero si lo que queremos es crear una tipografía sin complicarnos la vida, podemos olvidarlo...
Plantilla para crear caracteres.
Veamos las pautas para preparar una página maestra para crear los caracteres en un programa de dibujo tal como CorelDraw. Es recomendable que las dimensiones de la página sean de 720 x 720 puntos para situar los caracteres. ¿Por qué? Con estas dimensiones, nos aseguramos que los detalles que figuran en los contornos de la fuente se traducirán en forma correcta al imprimir o en pantalla. En esta página situamos el origen de coordenadas (de las reglas) en el punto (30, 30) contando a partir de la esquina inferior izquierda. Ahora necesitamos unas líneas guía para dibujar las formas de las letras de forma proporcionada. Si colocamos algunas letras de muestra de una tipografía normal (algo discreto y simple como Helvetica o Arial sirve en este caso), y las escalamos de manera que ocupen entre la mitad y 2/3 de la altura disponible, podemos utilizarlas para situar con precisión las líneas guía, según mostramos en el gráfico siguiente:
Las letras de muestra pueden ser por ejemplo "x p b M O l". Fijémonos que hay una altura máxima (la de los trazos ascendentes de la b y la l, que en algunas fuentes, supera ligeramente la altura máxima de las mayúsculas) y una valor descendente que corresponde al trazo inferior de la p. Por otra parte, la altura normal de las minúsculas corresponde a la altura de la "x". Colocando estas guías ya tenemos una pauta proporcionada para dibujar los caracteres. Aprovechando la opción de capas del programa de dibujo, estas letras de muestra y las guías pueden estar situadas en una capa al fondo, en un color claro que no moleste y haciendo la capa visible, pero no editable. Si guardamos este documento ya tenemos un molde para colocar los caracteres que formaran la tipografía. En los programas que tienen opción de páginas múltiples, como CorelDraw o Freehand, conviene ir creando una página adicional para alojar los diferentes símbolos. Al guardar, para no crear un archivo gigante, podemos separar las minúsculas, las mayúsculas y otros símbolos en sendos archivos. Estas plantillas sirven para crear los caracteres, aprovechando las potentes herramientas de los programas de dibujo. Con CorelDraw incluso se pueden exportar directamente los caracteres dentro de una fuente TrueType o Type 1.
Pasar los símbolos del programa de dibujo al editor de fuentes.
Si tenemos un programa capaz de editar fuentes (Font Creator, Font Lab, Fontographer, Softy, Scanfont...) los contornos vectoriales que vamos creando sirven para incorporarlos directamente a la fuente. Una forma sencilla es crear los diferentes símbolos y guardarlos temporalmente en un fichero en formato de Adobe Illustrator (versión 5) o EPS, por ejemplo con el nombre simbol.eps o simbol.ai. Sugerimos este procedimiento: al acabar un símbolo, se selecciona y se arrastra a la ventana donde tenemos el fichero simbol.eps (o simbol.ai). Guardamos este fichero. En el programa editor de fuentes, vamos a la posición del carácter de que se trate, y vamos a la opción importar | eps. Seleccionamos el fichero que hemos guardado como simbol.ai (si es preciso, habrá que seleccionar la carpeta donde se encuentre), y ya tenemos el símbolo dentro del espacio que corresponde al carácter de la fuente. Ahora podremos hacer los retoques en la posición necesarios, invertir la dirección de los contornos, etc... ¿Qué es invertir la dirección de los contornos? La cuestión puede ser larga de explicar. Cuando un símbolo está formado por formas incluídas una dentro de otra, por ejemplo en la O (dos elipses), la dirección de los trazos vectoriales ha de ser la correcta; si no, pueden surgir problemas a la hora de visualizar la fuente en determinados programas. Algunos editores de fuentes muestran toda la forma en negro si no se ha corregido este tema; la solución es fácil, con una opción tal como "reverse contours" o "correct path direction". Pasar de una línea a un contorno cerrado.
Aprovechar los pinceles vectoriales
Programas como Illustrator tienen unos interesantes efectos de pincel artístico que se aplican a los trazos. ¡Algunos de estos pinceles parecen haber sido diseñados para la creación de fuentes! En especial para fuentes de estilo caligráfico. Basta con crear una forma sencilla con la pluma o cualquier otro útil de dibujo del programa y aplicar el estilo de pincel deseado. El problema que surge aquí para pasar a la creación de caracteres tipográficos es el mismo que comentamos en el punto anterior. Estos pinceles, por bonitos que sean, siguen siendo a todos los efectos trazos simples y no son, por tanto, aptos para crear un glifo. La solución está, de nuevo, en el filtro de expandir el trazo. Además, si guardamos el fichero con todos los contornos convertidos de esta manera, evitamos problemas de compatibilidad con otros programas, y se mantendrán las formas adecuadamente al pasar a un programa distinto.
Pinceles caligráficos.
Los mejores programas de ilustración vectorial incluyen diferentes estilos de pincel caligráfico que son idóneos para la creación tipográfica. Este tipo de pinceles se utiliza con toda facilidad: no tienen ningún secreto, ya que se basan en la forma natural de los pinceles caligráficos, con punta ancha. Al aplicar el trazo formando un cierto ángulo con la línea de base, por ejemplo de 45º, los trazos verticales serán más gruesos, mientras que los horizontales serán
mucho más estrechos, ya que se dibujan con el canto de la pluma, mucho más fino. De este modo, una vez se ha definido el tipo de pincel caligráfico en el programa de ilustración (o bien se ha optado por una de las muchas opciones preestablecidas), los movimientos del ratón o el dispositivo de entrada simulan la pluma: trazos más anchos o más finos en función de la dirección que tomen. Este tipo de pincel merece una investigación, porque encierra muchas posibilidades; incluso aplicándolo a dibujos lineales previos. En cada programa funcionan de manera ligeramente distinta; en algunos casos se manejan directamente como trazos cerrados, y en otros simplemente son una variación de la forma del contorno vectorial. En este segundo caso se pueden aplicar a cualquier objeto abierto o cerrado. Combinación de formas.
Una herramienta muy útil para la creación de fuentes es el conjunto de filtros de unión, intersección, recorte... de formas vectoriales que incluyen los programas de dibujo. Dado que una letra está formada por elementos que, con ciertas variaciones, se repiten de carácter en carácter, incluso se puede crear un alfabeto completo en plan Frankenstein , combinando partes de diferentes caracteres, y empleando los filtros de combinación de formas para obtener los resultados deseados. Illustrator es uno de los programas que mejor organizados tiene este tipo de filtros, en una cómoda paleta que denominan Pathfinder o Buscatrazos.
Con esta y otras herramientas, crear y modificar formas vectoriales en un programa de dibujo es tal vez más aconsejable que emplear las propias del programa editor de fuentes, porque no son ni de lejos tan intuitivas o potentes como las de una buena aplicación de ilustración vectorial. El método será, entonces, el descrito más arriba: crear un dibujo AI / EPS en el programa de dibujo e importarlo en el editor de fuentes para incorporarlo.
Aplicar efectos especiales a los contornos.
Cuando se crea una fuente, a menudo interesa desarrollar una familia de fuentes relacionadas: las versiones negrita, cursiva, variantes condensadas o expandidas, versiones vacías o con sombra... todos estos efectos se pueden conseguir en bloque para un conjunto de caracteres, en los diferentes programas implicados en el diseño tipográfico. Por otro lado, en determinados tipos de fuentes, ¡los contornos lisos y regulares son lo opuesto a lo que se pretende conseguir! Por ejemplo, si queremos una letra que simula un impreso de imprenta antigua, esperamos que los contornos tengan una cierta irregularidad. Y en determinados proyectos, queremos formas especiales que están muy alejadas de las formas geométricas simples de una fuente de texto. Existen diferentes alternativas para crear formas y efectos especiales en los caracteres. Sirven tanto efectos que se pueden aplicar a la imagen escaneada que utilizamos como referencia (un mapa de bits), como los efectos que se aplican a los vectores que constituirán los caracteres de la fuente digital. Este segundo tipo de efectos se puede conseguir bien dentro del programa de dibujo como, en algunos casos, dentro del propio editor de fuentes. Veamos algunos ejemplos de lo que se puede hacer a estos diferentes niveles:
Filtros de mapa de bits.
Partiendo de una forma básica de una fuente (o bien de una fuente preexistente que estemos autorizados a modificar) podemos aplicar filtros como los que incluyen Paintshop o Photoshop. La manera es escribir un texto con una parte o la totalidad de los caracteres del juego que forma una tipografía, dentro del programa de pintura elegido y aplicar los filtros convenientes. A continuación, se guarda la nueva imagen para vectorizarla y crear con ella una nueva fuente. Una idea muy empleada para fuentes estilo "grunge", letras informales que recuerdan los carteles callejeros, escrituras improvisadas y rápidas con trazos enérgicos y expresivos, con sensación de movimiento, desgaste, superposición... Filtros vectoriales.
Programas como Freehand o Illustrator permiten modificar la forma de los contornos para hacerlos menos perfectos, menos lisos. Con estas opciones podemos pasar de una forma técnica, impecable, a otra mucho más semejante al trazado manual o a un contorno desgastado por el uso. La ventaja de los filtros vectoriales es que el producto obtenido está un paso más adelante en la "cadena de producción" de la fuente: ya se pueden incorporar directamente los resultados dentro de los caracteres de la fuente que estamos creando.
Filtros de los programas editores de fuentes.
Mención especial merecen los filtros de modificación que incorporan los programas dedicados de creación de fuentes. Incluyen utilidades para facilitar la creación de la versión cursiva y negrita de una fuente y pueden aplicarse en bloque a todos los caracteres. También se pueden intentar diferentes operaciones rápidas y sencillas de escalado, rotación, desplazamiento... Y en el programa FontLab incluso encontramos una serie de opciones especiales para distorsionar los caracteres (filtros que llaman bold, outline, 3d extrussion, 3d rotate, college, shadow, random move of nodes, envelope y gradient ). Aquí tenemos dos ejemplos, sacados de una versión de prueba del programa (extrusión y sombra, respectivamente.)
El interés que tiene crear una fuente con determinados tipos de efecto, como una sombra o un efecto tridimensional, no es tanto el de evitar producir el efecto en cuestión con un programa capaz de hacerlo (esto es hoy cosa muy sencilla), como el de disponer de una tipografía con el aspecto deseado, directamente utilizable desde cualquier aplicación.
CONSEJOS EN EL USO DE TIPOGRAFÍAS
TRUETYPE VS.
POSTSCRIPT Truetype (TT) y Postscript Tipo 1 (PS1) son fuentes de contorno multiplataforma y en ambas sus formas están definidas por medio de líneas y curvas. Su representación es independiente de la resolución del dispositivo de salida y por lo tanto pueden ser escaladas a cualquier tamaño sin ninguna perdida de calidad (con las únicas limitaciones, que en su caso impongan, el programa y sistema operativo utilizado). El proceso de convertir las líneas y curvas en el patrón de puntos de semitono del dispositivo de salida (impresora o filmadora) se conoce por «rasterización». Cuando no existen los puntos suficientes para ello (por ejemplo en tamaños pequeños o en resoluciones bajas), puede haber inconsistencias en la representación de ciertas características de las letras como por ejemplo la anchura de las astas. Sin embargo las fuentes PS1 y TT tienen una manera de evitar esto, y es por medio de una información adicional codificada en la propia fuente y que se conoce por «HINTING».
Un poco de historia
Cuando Apple adoptó en 1985 el lenguaje de descripción de página Postscript de Adobe para su impresora Apple Laserwriter y se combinó con la introducción del concepto de autoedición (Macintosh + Pagemaker), podemos hablar de un verdadero salto cualitativo en el mundo de las artes gráficas. El lenguaje Postscript fue adoptado por los dispositivos de salida de alto nivel (filmadoras), y pasó a ser el modo operativo y el lenguaje de muchos programas gráficos. Llegados a este punto, Adobe tenia el control completo de la tecnología Postscript, ya que si bien la estructura de comandos de este lenguaje era de dominio público y en teoría cualquiera podía construir un interprete del mismo que compitiera con el software de rasterización de Adobe, en ningún caso podría interpretar los «hinting» ya que las especificaciones de las fuentes PS1, que eran las que contenían esta información adicional, no eran de dominio público ya que Adobe solamente había «liberado» las especificaciones para las fuentes de tipo 3 (PS3), y estas tenían menores ventajas que las PS1 sobre todo en dispositivos de baja resolución. Rápidamente se hizo obvio para los principales fabricantes de software (Apple, Microsoft y más tarde IBM) que era importante disponer de la tecnología de fuentes escalables soportada a nivel de sistema operativo (S.O.), pero claro, no les hacía gracia que una pieza clave de su S.O. estuviera controlado por una empresa ajena (Adobe). Apple desarrolló su propia tecnología de fuentes escalables cuyo primer nombre clave fue Royal, y al final adoptó el conocido de Truetype. La compañía de la manzana licenció esta tecnología a Microsoft y al final las especificaciones de TT fueron hechas públicas y se incorporaron a las nuevas versiones de los S.O. Windows y Mac. Adobe respondió con la publicación de las especificaciones de las fuentes PS1 en marzo de 1990 y más tarde con la introducción del software de gestión de fuentes Adobe Type Manager (ATM), para poder utilizar estas fuentes tanto en impresoras Postscript como no Postscript. La situación quedo configurada con dos tipos de fuente de contorno, uno de ellos (TT) instalado dentro de los sistemas operativos utilizados por el 90% de los usuarios de ordenadores, y el otro (PS1) consolidado en el mundo del diseño gráfico y soportado por la mayoría de dispositivos de salida profesionales. Pero con el paso del tiempo las diferencias se diluyeron, el soporte para TT está presente en muchas implementaciones de Postscript Nivel 2 y de hecho está estandarizado en Postscript Nivel 3. Similarmente la tecnología de rasterización de ATM se implantó en la versión de Windows NT 5.0 al mismo nivel de TT.
Diferencias técnicas
En algunos artículos se comenta que las fuentes TT necesitan más puntos que las PS1 para representarse en los dispositivos de salida, o que necesitan más tiempo para rasterizarse debido a que su definición matemática es más complicada. La verdad es que la matemática utilizada en las fuentes TT es más simple que la utilizada en las fuentes PS1 y en algunas formas las fuentes TT utilizan menos puntos que las PS1 (un círculo necesita 12 Puntos en PS1 por 8 en TT), aunque es verdad que muchas fuentes acaban utilizando más puntos en TT que en PS1 aun siendo la descripción matemática de sus curvas más simple. La principal ventaja de las fuentes TT sobre las PS1 está en el hecho que las TT permite mejores «Hinting». En efecto, los «Hinting» de las fuentes TT además de poder hacer todo lo que hacen los de las fuentes PS1 están definidos por unas instrucciones más flexibles que incluye controles diagonales y movimiento específico de puntos para aumentar la legibilidad. Esta diferencia es el símbolo de una distinta filosofía en la concepción de ambos tipos de fuentes. Las fuentes PS1 son «tontas» y su interprete «listo» mientras que las TT son «relativamente listas» y su interprete «tonto». Esto hace que los «hinting» utilizados en las fuentes PS1 digan al interprete que características deben ser controladas y es el interprete el que con su «inteligencia» decide como hacerlo, así si Adobe actualiza el interprete Postscript el «hinting» puede mejorar. Al contrario las fuentes TT incluyen muchas instrucciones específicas (algunos aficionados a las fuentes TT no quieren llamarlos "Hintings"), para controlar como aparece la fuente. Así la propia fuente dispone de más control sobre lo que sucede cuando esta se rasteriza en condiciones diferentes. Esto requiere de grandes esfuerzos por parte de los desarrolladores de fuentes para sacar ventaja del gran potencial del que disponen las fuentes TT, en lo que a los «Hinting» se refiere. Otro factor a tener en cuenta es el hecho de que el software de rasterización de las fuentes TT se encuentra implementado en muchos sistemas operativos (Mac OS y Windows soportan las fuentes TT directamente). Estos S.O. pueden rasterizar fuentes TT para su visualización en pantalla, y enviarlas después a la impresora en un formato que esta pueda entender. Pero también es cierto, como hemos indicado antes, que con la aparición del software ATM de Adobe el uso y visualización de fuentes PS1 en prácticamente cualquier sistema operativo es algo realmente fácil. Este software viene incluido con cualquier aplicación de Adobe, y de hecho se puede considerar ya como parte integrante de los S.O. Windows y Mac. Una pequeña pero consistente ventaja es el almacenamiento físico de las fuentes. Las fuentes TT disponen de todos los datos en un solo fichero, y las PS1 requieren 2 ficheros separados: uno que contiene la definición del contorno de la fuente para la impresora y otro que contiene los datos métricos (anchura de caracteres y pares de kern). En Macintosh los datos métricos están contenidos en un fichero que contiene además una representación de la fuente en mapa de bits para su visualización en pantalla y en Windows un fichero «PFB» contiene los contornos mientras que otro «PFM» contiene los datos métricos. No obstante, el par de ficheros que utilizan las fuentes PS1 son más pequeños que el único fichero de las fuentes TT. La media de diferencia suele ser de un 5% aunque en algunas fuentes la diferencia viene a ser prácticamente el doble y esto es por la cantidad de instrucciones específicas ("Hinting") que algunas fuentes TT poseen. Por otra parte, muchos dispositivos de salida profesionales usan Postscript como lenguaje de descripción de página interno y en este caso las fuentes PS1 pueden ser enviadas directamente al dispositivo. Si utilizáramos fuentes TT en estos dispositivos, su previa conversión en mapas de bits o Postscript para que fueran bien interpretadas por estos, ralentizarían un poco la impresión. Diferencias prácticas
Primero
Segundo
Tercero
Cuarto
Conclusión
Mi consejo es que si tu trabajo excede del ámbito casero (impresoras de sobremesa) y lo sueles llevar a empresas de filmación o compartir con otros diseñadores, utilices las fuentes PS1 y si estas son de una fundición de garantía mejor que mejor (yo suelo utilizar las de Adobe entre otras). Primero estarás seguro de su calidad y segundo cuando el ordenador o la filmadora se cuelguen no podrán echarte en cara eso de «..esto es culpa de las fuentes» ;-).
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Actualizado el 25/11/2009 Eres el visitante número ¡En serio! Eres el número |