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La edición es un proceso por el cual se divulga una obra cualquiera en cualquier medio. En impresión posee dos acepciones o significados: la primera consiste en el proceso previo de publicación, y la segunda en el proceso por el cual se crean los originales mecánicos en la imprenta o tipografía, el cual consta de la composición o elaboración del texto en tipos móviles, de dos correcciones, las galeradas y las compaginadas, y del proceso físico de confección del libro. La edición de libros es la industria que concierne a la producción y diseminación de la literatura o información – la actividad de poner la información en circulación disponible al público en general en forma de libro. En algunos casos, los autores pueden ser sus propios editores. Tradicionalmente el término se ha referido a la publicación de libros y periódicos. Con el advenimiento de los ordenadores digitales y de los sistemas de información, la edición se ha extendido a nuevos escenarios como en el mundo de Internet, expandiéndose a versiones más modernas tales como websites, blogs y similares. Una obra divulgada previamente en formato de libro puede volver a editarse si así se desea. Estrictamente hablando, si se vuelve a imprimir o divulgar esa obra sin cambios, se denomina reimpresión; si, por el contrario, sufre algún tipo de modificación sustancial, como ampliaciones, revisiones, correcciones, supresiones, añadidos u otra modificación cualquiera, se denomina nueva edición, agregándosele el número oportuno (primera, segunda, tercera edición). Si las diferencias son mínimas y no sustanciales, se denomina a estas diferencias de estado. En la edición antigua, una misma edición podía contar con diferencias significativas entre una tirada y otra u otras, que se debían a advertencias del impresor o del autor de errores o a otros deseos de los implicados en la edición (por ejemplo, dedicar parte de la edición a un personaje, por lo cual se debía encabezar un número de los ejemplares con una dedicatoria diferente, por ejemplo) durante el mismo proceso de impresión de la obra. El arte de la edición de textos o arte editorial se denomina Ecdótica. Se denomina ecdótica a la ciencia que tiene por cometido editar textos de la forma más fiel posible al original o a la voluntad del autor. Para ello se vale de ciencias auxiliares como la crítica textual, la codicología, la paleografía y la filología. Las ediciones que se realizan con criterios ecdóticos se denominan ediciones críticas o ediciones filológicas. La ecdótica es de singular importancia para la edición de textos transmitidos de manera fragmentaria o incompleta, cuyo original puede haber desparecido, y de los que sólo poseemos copias que a menudo difieren entre sí. Se aplica a la reconstrucción de textos que han sido detuperados por el paso del tiempo, la tradición manuscrita, la pérdida de originales, la ausencia de copias fiables, etc. Desde este punto de vista, la ecdótica puede considerarse la arqueología del texto. Problemas y peligros de la EcdóticaUn defecto común de las ediciones impresas es, por un lado, la abundancia de erratas o errores, cuya acumulación lleva a deturpar el texto, y por otro lado la falta de sentido crítico a la hora de escoger el mejor texto para realizar una edición. El texto de una edición, pues, debe escogerse por su fidelidad al original del autor, si no es el original mismo. El conjunto de textos que transmite una obra determinada se denomina en crítica textual tradición. Entre estos códices hay que escoger el mejor texto, y no siempre puede encontrarse el texto más fiel en uno determinado de los libros o manuscritos que transmiten una obra: a veces es necesario reconstruir un texto perdido que se conserva fragmentaria, deformada o irregularmente entre varios testimonios dispersos y muchas veces los textos que conservan una obra en la tradición difieren en un pasaje determinado, que se ve alterado o corrupto. Eso exige un gran esfuerzo crítico para presentar un texto homogéneo y fiel y un juicio científico muy fino para encontrar una lectio difficilior (lectura más próxima al pasaje original del autor) en vez de una lectio facilior (lectura errónea y alejada del texto original). Por ejemplo, en las ediciones de Garcilaso de la Vega apareció este verso "y de las verdes hojas" en la publicación de 1543 junto con la obra de Boscán; pero en un manuscrito aparece "y de las verdes ovas". Si tanto en uno como en otro texto la lectura es correcta y fragua sentido, ¿cuál es la correcta?. Durante el Renacimiento se pensó que la más ingeniosa (emendatio ope ingenii) sea la correcta, hasta que en el siglo XIX el filólogo Lachmann (1793-1851) empezó a utilizar criterios más científicos para evitar los errores que provoca la peligrosa intuición. Un texto antiguo puede haber sido difundido a través de tres tradiciones diferentes según el procedimiento de transmisión: la manuscrita, la impresa y la oral. Cada una genera una tipología diferente de errores de copia. A estas tradiciones puede añadirse modernamente una más, la transmisión electrónica, que genera una tipología de errores mecanizados también distinta. En el caso del manuscrito, este puede ser autógrafo (del autor) o apógrafo (copia de otro). Cuando conservamos un manuscrito sabemos que es original si es autógrafo. A partir del siglo XVIII en la mayor parte de los países se empiezan a regular los derechos de autor, por lo cual no se publica nada sin autorización del autor y es importante en el caso de los impresos: el texto impreso a veces es superior al manuscrito porque el manuscrito ha sido corregido o la edición es revisada por el autor, o la edición se basa en un buen manuscrito no conocido. Actualmente las ediciones son revisadas por el autor: corrección de pruebas. Por ejemplo, en La Regenta se lee "un gabinete viejo" y pasados 70 años de la muerte de Clarín se demuestra que la verdadera expresión era "un gabinete rojo" mirando los manuscritos originales del autor. Por otra parte, en la transmisión los textos pueden haber sufrido otro tipo de estragos relacionados con la cultura: la censura, la adaptación, el resumen, el alargamiento... Tiempo de silencio, de Luis Martín Santos, por ejemplo, tiene hoy veinte páginas más que en 1969, cuando se editó con páginas censuradas en tiempos de Franco. La codicología enseña cómo describir y estudiar los códices manuscritos. La crítica textual, cómo advertir los errores de copia, enmendarlos y editar un texto con fidelidad al original perdido o arquetipo. Para ello se reconstruye un árbol de testimonios escritos de una obra llamado stemma, que sirve para orientar al editor a través de la tradición que ha transmitido un texto. Los errores de copia, según estatuyó Karl Lachmann, creador del método lachmaniano de edición de textos que lleva su nombre, sirven para separar las ramas de ese árbol estableciendo distintas vías de transmisión. De esa forma se establecen familias de textos por un texto original del cual desciende un grupo de obras. Breve historia de la EcdóticaLos primeros filólogos preocupados por la integridad y fidelidad en la edición de las obras fueron los filólogos alejandrinos que editaron las obras de Homero. En la Edad Media, el filólogo romano y padre de la Iglesia San Jerónimo se preocupó de conocer bien el hebreo y el griego para establecer un canon fiable de textos sagrados para el Cristianismo, la Biblia conocida como Vulgata. Luego vendría el Humanismo del Renacimiento a realizar la misma tarea para la literatura grecolatina clásica que intentaban reverdecer. En el siglo XIX Karl Lachmann hizo los primeros intentos serios para superar de forma científica el procedimiento impresionista de enmienda de errores (emendatio ope ingenii) de los humanistas. En este sentido hizo también contribuciones Gaston Paris. Por otra parte, Henri Quentin (Essais de critique textuelle (Ecdotique), París, A. Picard, 1926) ideó otro método, el método reconstructivo, y Joseph Bédier ("La tradition manuscrite du Lai de l'ombre. Réflexions sur l'art d'éditer les anciens textes", Romania, 54 (1928), pp. 161-196, 321-356 [reimpreso en París, Champion, 1970]) encontró algunos fallos en el método de Lachmann al editar el Lai de l'ombre: no preveía las contaminaciones "horizontales" entre varios textos simultáneamente. El neolachmannismo, sin embargo, resurgió con fuerza como un mal menor (Sebastiano Timpanaro Cesare Segre). Sin embargo la era electrónica y el concepto de hipertexto han venido a complicar notablemente el panorama, que en algo ha contribuido a clarificar Gerard Genette con su clasificación de relaciones textuales.
Tipos de edición
La edición y las nuevas tecnologíasLa introducción de las nuevas tecnologías en el proceso de edición de textos ha supuesto una revolución en muchos aspectos, y siguiendo diversas etapas: · En un primer momento, las nuevas tecnologías fueron (y siguen siendo) empleadas en el proceso de edición impresa, para tareas como la escritura, la corrección, la maquetación o la ilustración. · Posteriormente, las nuevas tecnologías se convirtieron no en una herramienta, sino en un medio de difusión en sí mismas, con la aparición de las ediciones en formato digital (en CD-ROM, Ebook y sobre todo internet). En esta primera etapa, las ediciones digitales trataron de imitar a las ediciones en papel, lo mismo que, en su día, los libros impresos trataron de imitar a los manuscritos. · Por último, las nuevas tecnologías han comenzado a liberarse de la sombra de la edición en papel, y se han comenzado a explorar las nuevas posibilidades que ofrecen los nuevos medios: ediciones hipertextuales, ediciones múltiples alineadas, aplicación de herramientas de análisis lingüístico... Es evidente que la combinación de las nuevas tecnologías con el proceso editorial ha conllevado grandes avances: a través de internet podemos acceder ahora, desde cualquier lugar del mundo, a obras antes casi inaccesibles; cualquier persona puede editar con muy bajo coste; la capacidad de almacenamiento es mucho mayor... Sin embargo, también existen peligros y problemas: por ejemplo, muchas de las ediciones que circulan por internet son poco fiables (no describen sus fuentes ni sus criterios, contienen erratas, etc.) o son meras reproducciones de ediciones antiguas de baja calidad (ya que buena parte de las ediciones críticas del siglo XX todavía están sujetas a derechos de autor.
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Actualizado el 25/11/2009 Eres el visitante número ¡En serio! Eres el número |