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EL NOMBRE DE LA ROSA Umberto Eco
El nombre de la rosa es, originalmente, una novela de Umberto Eco publicada en 1980. Posteriormente, en 1986, fue llevada al cine por el director Jean-Jacques Annaud. El personaje principal fue interpretado por Sean Connery. ArgumentoEn el invierno del año 1327, bajo el papado de Juan XXII, Adso de Melk y su maestro Guillermo de Baskerville llegan a una abadía, famosa por su impresionante biblioteca con estrictas normas de acceso, ubicada en los Alpes italianos para organizar una reunión entre los delegados del Papa y el emperador y poder discutir sobre la supuesta herejía de una rama de los franciscanos: los espirituales. Sin embargo, esta reunión se ve amenazada por una serie de asesinatos que aparentemente siguen la pauta de un pasaje del Apocalipsis. Guillermo y Adso, saltándose en muchos momentos las normas de la abadía, intentan resolver los asesinatos hasta llegar al trepidante final. La historia es contada en primera persona por el ya anciano Adso, que desea dejar un registro de lo que presenció siendo joven en la abadía. El empeño puesto en lograr una ambientación adecuada implica que el autor use en repetidas ocasiones citas en latín, especialmente en las conversaciones eruditas entre los monjes. También se reconstruye con detalle la vida cotidiana en el monasterio y la rígida división horaria. Personajes de "El nombre de la rosa"Personajes principales
En la abadía
Otros personajes
El significado de “El nombre de la rosa”El nombre de la rosa puede resultar un título muy confuso que causa la atención durante todo el trayecto de la película, y una intriga inquietante de saber qué significa “La Rosa”. En una entrevista a Umberto Eco, él afirma que el título no fue por una razón primaria cuando recién lo había terminado, sino luego de que la editorial lo rechazara por elegir sólo “Adso”. Eco quiso desviar la atención del lector para que quedara a su criterio. Realmente no existe un fundamento fuerte ni estable mediante el cual se pueda confirmar el origen del título. Sin embargo, analizando las situaciones de la película se puede decir que:
Simbología de El nombre de la rosa
La canción de SalvatoreDe Salvatore se dijo que era el que hablaba todos los idiomas, pero a su vez no habla ninguno. Al momento de ser quemado, el jorobado interpreta una canción: una nana. Una nana es una canción de cuna y en italiano su nombre es Ninna nanna a sette e venti. El fragmento cantado en la película es el siguiente:
Esta nana, también es un mensaje oculto. En ella, se cuenta como un niño se duerme a ciertas horas, y de como a la hora de crecer, le salen los dientes, se harta de estar en la cuna y quiere explorar el mundo; cuando recita que e la vita non è la morte, e la morte non è la vita, quiere decir que no todo en la vida son tentaciones, pero tampoco existe la vida sin placeres, cosa que estaba prohibido en esa época. Salvatore sería el niño, que recién en la hora de su muerte se da cuenta que puede liberar su espíritu para ser realmente quien debe ser. Referencias a otras personas y textosLa novela tiene múltiples referencias más o menos explícitas. Adso es un tributo a Simplicio, un personaje del Diálogo sobre los principales sistemas del mundo de Galileo Galilei (Ad simplicio, "para Simplicio") y al Dr. J. H. Watson, compañero de Sherlock Holmes. Guillermo de Baskerville, alude por su nombre y, en ocasiones, su actuación a Guillermo de Ockham y a Sherlock Holmes (ver El sabueso de los Baskerville). También existen varias referencias a Jorge Luis Borges: Jorge de Burgos (el bibliotecario ciego), la disposición de la biblioteca-laberinto (según el modelo de "La biblioteca de Babel" de Ficciones)... También se alude al libro II de la Poética de Aristóteles, sobre la comedia y la poesía yámbica, que se perdió, aparentemente durante la Edad Media, y del que nada se conoce. Es el libro que en la novela causa la muerte de varios monjes. Se realiza una exposición del método científico y el razonamiento deductivo usado hábilmente por Guillermo. RepercusiónEl éxito alcanzado por la primera novela de Umberto Eco fue similar al que obtuvo su versión cinematográfica, del mismo título, dirigida por Jean-Jacques Annaud en 1986. En el film, Sean Connery interpreta al monje franciscano y antiguo inquisidor del siglo XIV, fray Guillermo de Baskerville y un joven Christian Slater a Adso. Como anécdota destacar que a Salvatore le da vida Ron Perlman, actor habitual en la filmografía de Annaud dotado de una curiosísima fisonomía. También inspiró un juego español de finales de los años 1980 llamado La abadía del Crimen, así como el juego de mesa aparecido en 1996, El misterio de la Abadía y un juego conversacional denominado En el nombre del Señor. Comentario
Reseñas de este libro hay a patadas. Algunas muy interesantes; otras, habitantes del olvido, residentes de esta infinita biblioteca que es Internet, que ni el monje ciego Jorge ni el mismísimo Borges pudieron soñar. ¿Os imagináis la ingente labor de censura que tendría el benedictino tritagonista de este libro?, ¿concebís al argentino manejando estos anaqueles cibernéticos y rizomáticos? Pero dejémonos de laberintos infinitos, en donde los hipervínculos son entradas y salidas a infinitos caminos, centrémonos –al menos es lo que me gustaría– en la popularidad de este libro. ¿Por qué se ha leído tanto, siendo, como es, tan difícil de leer? El texto que Umberto Eco nos propone es de una riqueza inmensa, casi como las bibliotecas antes citadas, casi como Internet. Las historias se suceden y se entremezclan, la simbología es grande y las alusiones directas e indirectas resultan de una enorme fertilidad; el latín se usa con profusión, así era en aquella época y en aquel contexto, interrumpiendo el hilado de cualquier otra narración que no sea esta; las discursiones teológicas son muy amplias, llenas de cultismos y dialéctica. En general, no hay digresiones evidentes, al menos nunca pierden el sentido, pero la obra completa se muestra –al menos a mi juicio- como una enorme tubería de la que salieran cientos de pequeños conductos, los cuales se van agigantando en sí mismos; nunca me pareció que fuera al contrario, como un aspersor que fuera diseminando historias y explicaciones con objetivos fijos pero de manera indiscriminada. El detalle de la vida monástica, que se nos muestra profuso y veraz, y la rigidez de la estructura, enmarcada en esos usos horarios que tanto nos acercan a la época y al lugar, tampoco ayuda en la facilidad de la lectura, pues a veces se muestra rígido en extremo. Y, sin embargo, un libro condenado a ser leído por una minoría es masivamente leído. Pero ¿por qué? Decir de él que es un buen libro no nos ayudaría, pues los hay dignos de tal adjetivo que no son apenas adquiridos. Tal vez el hecho de que sea una enorme paráfrasis todo él ayuda; facilitó la labor al autor, escondiéndolo bajo distintas transcripciones de otro narrador que, a la vez, contaba las cosas que le sucedieron de joven siendo viejo, solapándose esas dos voces (la de la inmadurez y la de la experiencia). El tópico del libro dentro del libro. La aludida voz de la juventud, del no iniciado, crea una empatía cierta con el lector neófito en el mundo medieval: así cuando Adso (el narrador) se sorprende ante ciertas cosas, ante ciertos debates, el lector no se siente solo. Además, como señala Eco, el que comprende y goza de todas las conversaciones teológicas, se detiene en el uso del latín y disfruta de lo minucioso de las descripciones, se va perdiendo irremisiblemente en este laberinto que continuamente nos propone el autor. Pero Umberto Eco siempre aparece como Ariadna, y tira de “hilo”: En el fondo de todo ello, una novela policíaca que no termina bien, que sorprende siempre, y una novela histórica sin falta. Una trama de intrigas en las que el sabueso Guillermo de Baskerville utiliza todo el empirismo del que es capaz, toda su científica deducción. Y un laberinto digno de la mejor de las mentes, el de la biblioteca del monasterio, unos pasillos que merecen ser transitados por todos, los lectores, sus lectores, que asistimos anonadados a la disposición de las salas con la simple ayuda del buen hacer de Umberto Eco, esa labor es nuestra principal madeja de Ariadna. Porque él reconoce que el lector que pasa las primeras 100 páginas está ya preparado para disfrutar del resto de la obra. No le interesaba ni aligerar el principio ni los individuos que no eran capaces de sufrir ese primer estadio. Es ahí donde ejerce de hija de Minos y nos ofrece el ovillo mientras deja a Adso el hecho de contar lo que él mismo ha hilado. El nombre de la rosa, título y frase final del libro: “Stat rosa pristina nomime, nomina nuda tenemos”, de la rosa, efectivamente, no nos queda otra cosa que el nombre. ¿De qué rosa? De ninguna, es un despiste, como ya se ha encargado él de decir en numerosas ocasiones. Por lo demás, deja abierta las puertas a la simbología tremendamente rica de nombre en cuestión. Para distintas interpretaciones, sólo se tiene que echar un descuidado vistazo. Para mí, si algo resume el topos de la rosa es la fugacidad. ¿Alguien recuerda el tópico que es el eslogan de esta santa web? Sí, ese de “verba volant, scripta manent”, lo dicho se va, vuela, mientras que lo escrito permanece. Luego una biblioteca debería ser lo contrario de una rosa; es más, debería de ser enemiga de la rosa. Lamentablemente, muchos volúmenes no nos han llegado; libros que no han merecido la atención de una época y que ha nuestros ojos, sin embargo, hubieran resultado tremendamente atractivos. Otros no pasaron la censura de ciertas manos. El segundo libro de la Poética de Aristóteles sería de estos últimos, sin duda, porque ¿a quién no podía interesarle? Es, pues, la imagen de la rosa, en cierta manera, la asesina de lo que debería de haber permanecido. (javi en la2revelacion.com) Diseño de la biblioteca
Está dividida en secciones según los países de origen de los autores: ACAIA (Grecia), IUDAEA (Judea), AEGYPTUS (Egipto), LEONES (África), YSPANIA (España), HIBERNIA (Irlanda), ROMA, GALLIA (Francia), ANGLIA (Inglaterra), GERMANIA (Alemania), FONS ADAE (significa "Paraíso", contiene Biblias).
Es tanta la atracción que tengo hacia este mapa de la bilbioteca, que me he tomado la molestia de hacer un diseño de la misma en 3D. Aquí muestro una imagen. Os aseguro que haciendo un viaje al interior del laberinto en primera persona, bastan unos pocos segundos para perder la orientación por completo.
(De La Biblioteca de Anthivs, en anthivs.blogspot.com)
Indice
Naturalmente, un manuscrito
PROLOGO
PRIMER DIA
Prima. Donde se llega al pie de la abadía y Guillermo da pruebas de gran agudeza Tercia. Donde Guillermo mantiene una instructiva conversación con el Abad Sexta. Donde Adso admira la portada de la iglesia y Guillermo reencuentra a Ubertino da Casale Hacia nona. Donde Guillermo tiene un diálogo muy erudito con Severino el herbolario Después de nona. Donde se visita el scriptorium y se conoce a muchos estudiosos, copistas y rubricantes así como a un anciano ciego que espera al Anticristo Vísperas. Donde se visita el resto de la abadía, Guillermo extrae algunas conclusiones sobre la muerte de Adelmo, y se habla con el hermano vidriero sobre los vidrios para leer y sobre los fantasmas para los que quieren leer demasiado Completas. Donde Guillermo y Adso disfrutan de la amable hospitalidad del Abad y de la airada conversación de Jorge
SEGUNDO DIA
Maitines. Donde pocas horas de mística felicidad son interrumpidas por un hecho sumamente sangriento Prima. Donde Bencio da Upsala revela algunas cosas, Berengario da Arundel revela otras, y Adso aprende en qué consiste la verdadera penitencia Tercia. Donde se asiste a una riña entre personas vulgares, Aymaro d'Alessandria hace algunas alusiones y Adso medita sobre la santidad y sobre el estiércol del demonio. Después, Guillermo y Adso regresan al scriptorium, Guillermo ve algo interesante, mantiene una tercera conversación sobre la licitud de la risa, pero, en definitiva, no puede mirar donde querría Sexta. Donde, por un extraño relato de Bencio, llegan a saberse cosas poco edificantes sobre la vida en la abadía Nona. Donde el Abad se muestra orgulloso de las riquezas de su abadía y temeroso de los herejes, y al final Adso se pregunta si no habrá hecho mal en salir a recorrer el mundo Después de vísperas. Donde, a pesar de la brevedad del capítulo, el venerable Alinardo dice cosas bastante interesantes sobre el laberinto y sobre el modo de entrar en él Completas. Donde se entra en el Edificio, se descubre un visitante misterioso, se encuentra un mensaje secreto escrito con signos de nigromante, y desaparece, en seguida después de haber sido encontrado, un libro que luego se buscará en muchos otros capítulos, sin olvidar el robo de las preciosas lentes de Guillermo Noche. Donde se penetra por fin en el laberinto, se tienen extrañas visiones, y, como suele suceder en los laberintos, una vez en él se pierde la orientación
TERCER DIA
Entre laudes y prima. Donde se encuentra un paño manchado de sangre en la celda del desaparecido Berengario, y eso es todo Tercia. Donde Adso reflexiona en el scriptorium sobre la historia de su orden y sobre el destino de los libros Sexta. Donde Adso escucha las confidencias de Salvatore, que no pueden resumirse en pocas palabras, pero que le sugieren muchas e inquietantes reflexiones Nona. Donde Guillermo habla con Adso del gran río de la herejía, de la función de los simples en la iglesia, de sus dudas acerca de la cognoscibilidad de las leyes generales, y casi de pasada le cuenta cómo ha descifrado los signos nigrománticos que dejó Venancio Vísperas. Donde se habla de nuevo con el Abad, Guillermo tiene algunas ideas sorprendentes para descifrar el enigma del laberinto, y consigue hacerlo del modo más razonable. Después, él y Adso comen un pastelillo de queso Después de completas. Donde Ubertino refiere a Adso la historia de fray Dulcino, Adso por su cuenta recuerda o lee en la biblioteca otras historias, y después acontece que se encuentra con una muchacha hermosa y temible como un ejército dispuesto para el combate Noche. Donde Adso, trastornado, se confiesa a Guillermo y medita sobre la función de la mujer en el plan de la creación, pero después descubre el cadáver de un hombre CUARTO DIA
Laudes. Donde Guillermo y Severino examinan el cadáver de Berengario y descubren que tiene negra la lengua, cosa rara en un ahogado. Después hablan de venenos muy dañinos y de un robo ocurrido hace años Prima. Donde Guillermo induce primero a Salvatore y después al cillerero a que confiesen su pasado, Severino encuentra las lentes robadas, Nicola trae las nuevas y Guillermo, con seis ojos, se va a descifrar el manuscrito de Venancio Tercia. Donde Adso se hunde en la agonía del amor, y luego llega Guillermo con el texto de Venancio, que sigue siendo indescifrable aun después de haber sido descifrado Sexta. Donde Adso va a buscar trufas y se encuentra con un grupo de franciscanos que llega a la abadía, y por una larga conversación que éstos mantienen con Guillermo y Ubertino se saben cosas muy lamentables sobre Juan XXII Nona. Donde llegan el cardenal Del Poggetto, Bernardo Gui y los demás hombres de Aviñón, y luego cada uno hace cosas diferentes Vísperas. Donde Alinardo parece dar informaciones preciosas y Guillermo revela su método para llegar a una verdad probable a través de una serie de errores seguros Completas. Donde Salvatore habla de una magia portentosa Después de completas. Donde se visita de nuevo el laberinto, se llega hasta el umbral del finis Africae, pero no se lo puede cruzar porque no se sabe qué son el primero y el séptimo de los cuatro, y al final Adso tiene una recaída, por lo demás bastante erudita, en su enfermedad de amor Noche. Donde Salvatore se deja descubrir miserablemente por Bernardo Gui, la muchacha que ama Adso es apresada y acusada de brujería, y todos se van a la cama más infelices y preocupados que antes
QUINTO DIA
Prima. Donde se produce una fraterna discusión sobre la pobreza de Jesús Tercia. Donde Severino habla a Guillermo de un extraño libro y Guillermo habla a los legados de una extraña concepción del gobierno temporal . Sexta. Donde se encuentra a Severino asesinado y ya no se encuentra el libro que él había encontrado Nona. Donde se administra justicia y se tiene la molesta sensación de que todos están equivocados Vísperas. Donde Ubertino se larga, Bencio empieza a observar las leyes y Guillermo hace algunas reflexiones sobre los diferentes tipos de lujuria encontrados aquel día Completas. Donde se escucha un sermón sobre la llegada del Anticristo y Adso descubre el poder de los nombres propios
SEXTO DIA
Maitines. Donde los príncipes sederunt, y Malaquías se desploma Laudes. Donde se elige un nuevo cillerero Pero no un nuevo bibliotecario Prima. Donde Nicola cuenta muchas cosas, mientras se visita la cripta del tesoro Tercia. Donde, mientras escucha el «Dies irae», Adso ti ene un sueño o visión, según se prefiera Después de tercia. Donde Guillermo explica a Adso su sueño Sexta. Donde se reconstruye la historia de los bibliotecarios y se averigua algo más sobre el libro misterioso Nona. Donde el Abad se niega a escuchar a Guillermo, habla del lenguaje de las gemas y manifiesta el deseo de que no se siga indagando sobre aquellos tristes acontecimientos Entre vísperas y completas. Donde en pocas páginas se describen largas horas de zozobra Después de completas. Donde, casi por casualidad, Guillermo descubre el secreto para entrar en el finis Africae
SEPTIMO DIA
Noche. Donde, si tuviera que resumir las prodigiosas revelaciones que aquí se hacen, el título debería ser tan largo como el capítulo, lo cual va en contra de la costumbre Noche. Donde sobreviene la ecpirosis y por causa de un exceso de virtud prevalecen las fuerzas del infierno
ULTIMO FOLIO
Texto íntegro de EL NOMBRE DE LA ROSA
El autor
Umberto Eco (Alessandria, Piamonte; 5 de enero de 1932). Escritor y filósofo italiano. Se doctoró en Filosofía en la Universidad de Turín, con L. Pareyson. Su tesis versó sobre El problema estético en Santo Tomás (1956), y su interés por la filosofía tomista y la cultura medieval se hace más o menos presente en toda su obra, hasta emerger de manera explícita en su novela El nombre de la rosa (1980). Desde 1971 ejerce su labor docente en la Universidad de Bolonia, donde ostenta la cátedra de Semiótica. Distinguido crítico literario, semiólogo y estudioso del fenómeno de masas y del signo, Umberto Eco empezó a publicar sus obras narrativas en edad madura (aunque en conferencias recientes cuenta de sus experimentos juveniles, los que incluyen la edición artesanal de un cómic en la adolescencia). Hasta el momento ha publicado cinco novelas: El nombre de la rosa (1980) - Novela de misterio ambientada en la edad media. Versión cinematográfica interpretada por Sean Connery, Christian Slater y Ron Perlman. El péndulo de Foucault (1988) - Novela de complot, esoterismo y magia ambientada en la actualidad. La isla del día de antes (1994) - Historia de un noble del siglo XVII que naufraga en la línea de cambio de fecha. Baudolino (2000) - Historia de un joven labriego del Piamonte adoptado por el emperador Federico I Barbaroja y de sus increíbles aventuras. La misteriosa llama de la reina Loana (2004) - Esta novela esta dominada por la niebla. En la niebla se despierta Yambo, después de sufrir un incidente que le hace perder la memoria. Acompañándole en la lenta recuperación, su mujer le convence de volver a la casa de campo donde se conservan los libros que leyó de niño, los cuadernos de escuela y los discos que escuchaba entonces. Tras la publicación de La misteriosa llama de la reina Loana, Umberto Eco aseguró que no volvería a publicar más novelas. Libros sobre filosofíaUmberto Eco ha escrito principalmente en las áreas de semiótica, lingüística, estética y moralidad. Se pueden definir dos presupuestos clave en la amplia producción del autor: en primer lugar, el convencimiento de que todo concepto filosófico, toda expresión artística y toda manifestación cultural, de cualquier tipo que sean, deben situarse en su ámbito histórico; y en segundo lugar, la necesidad de un método de análisis único, basado en la teoría semiótica, que permita interpretar cualquier fenómeno cultural como un acto de comunicación regido por códigos y, por lo tanto, al margen de cualquier interpretación idealista o metafísica. Teniendo en cuenta este planteamiento, se puede comprender el porqué de la variedad de los aspectos analizados por Umberto Eco, que abarcan desde la producción artística de vanguardia, como en Obra abierta (1962), hasta la cultura de masas, como en Apocalípticos e integrados (1964) o en El superhombre de masas (1976). A la sistematización de la teoría semiótica dedicó, sobre todo, el Tratado de semiótica general (1975), publicado casi al mismo tiempo en Estados Unidos con el título de A Theory of Semiotics, obra en la que el autor elabora una teoría de los códigos y una tipología de los modos de producción sígnica. Durante los años del auge del estructuralismo, Eco escribió, enfrentándose a una concepción ontológica de la estructura de los fenómenos naturales y culturales, La estructura ausente (1968), que alcanza su óptima continuación en Lector in fabula (1979). En esta última obra, efectivamente, se afirma que la comprensión y el análisis de un texto dependen de la cooperación interpretativa entre el autor y el lector, y no de la preparación y de la determinación de unas estructuras subyacentes, fijadas de una vez por todas. Algunos conceptos básicos del Tratado, en cambio, fueron estudiados nuevamente, discutidos y, en ocasiones, modificados por el propio autor en una serie de artículos escritos para la Enciclopedia Einaudi y recogidos después en Semiótica y filosofía del lenguaje (1984). El concepto de signo, especialmente, abandonando el modelo propio "de diccionario" por un modelo "de enciclopedia", ya no aparece como el resultado de una equivalencia fija, establecida por el código, entre expresión y contenido, sino fruto de la inferencia, es decir, de la dinámica de las semiosis. A estas obras teóricas se añaden los volúmenes en los que Umberto Eco ha reunido escritos de circunstancia y artículos de actualidad, tales como Diario mínimo (1963), que contiene los conocidos Elogio di Franti y Fenomenologia di Mike Bongiorno; Il costume di casa (1973); Dalla periferia dell'impero (1976) y Sette anni di desiderio (1983). CuriosidadesEco es considerado también un bondólogo, expresión creada en Escandinavia para designar al experto en James Bond. Es, en efecto, un destacado estudioso del agente secreto 007, el famoso personaje creado por Ian Fleming. Sobre Bond ha escrito "Il Caso Bond" (The Bond Affair) (1966), con Oreste Del Buono. Eco es también Trascendente Sátrapa del Colegio de Patafísica (elegido en 2001). Con E. Raimondi y otros ha dado inicio a la Cacopedia. (!) En 1961 el artista Piero Manzoni firma 71 esculturas vivientes entre ellas, Umberto Eco. El personaje de Bobo del dibujante italiano Sergio Staino se asemeja a Umberto Eco. Le interesa profundamente Sherlock Holmes y participó en el libro que trata sobre la técnica deductiva del detective, El signo de los tres: Dupin, Holmes, Peirce, además encontramos diversas referencias a Arthur Conan Doyle y sus personajes en muchas de sus novelas, principalmente en El nombre de la rosa. Es también un admirador confeso de Jorge Luis Borges, del que ha escrito varios textos, y quien inspiró, inclusive, al personaje de Jorge de Burgos, de "El Nombre de la Rosa".
Otras portadas y ediciones
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Actualizado el 25/11/2009 Eres el visitante número ¡En serio! Eres el número |