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BIBLIOTECA DE LA UNIVERSIDAD PONTIFICIA LATERANENSE BEATO PIO IX
Web Oficial de la Biblioteca Lateranense Pio IX
Historia La biblioteca general de la universidad Lateranense conocida originalmente como Biblioteca Pia, debe su nombre a su fundador, el beato Pio IX. Su historia está ligada a la de la Universidad Pontificia Lateranense, de la que fue su primera gran aula. Cambiada de lugar posteriormente a un nuevo edificio, la biblioteca Pia llegó a constituir el núcleo central de las colecciones de la biblioteca de la universidad pontificia Lateranense. Dotada con un patrimonio de libros de notable prestigio frutos de varias aportaciones: una parte de la biblioteca de la universidad germánica, tras la supresión de la compañía de Jesús; los libros dados por Gregorio XIII; los aportados en 1854 para la orden de Pio IX tras cerrar el monasterio de los SSs. Bonifacio y Alessio en el Aventino; o la biblioteca del P.Girionimani. Se vinieron a añadir en 1913 la biblioteca del seminario romano y, en los años siguientes, donaciones de numerosos profesores y antiguos alumnos de la universidad, entre ellos los Cardenales Della Volpe, Tonti y Pompilj, y los profesores Carusi, Riccobono, y el ex Rector Paschini. También una parte de la biblioteca privada de su Santidad Pio XII fue donada a la universidad. El continuo aumento de fondos hizo necesario en 1962 una ampliación y la modernización de las estructuras materiales de la biblioteca, con la provisión de una nueva sala vino para la consulta de revistas. Una profunda reestructuración tuvo lugar en 1984 con la ampliación de la sala de lectura y la transferencia del depósito a lugares más amplios. Ese mismo año aumenta la biblioteca con la unión del Instituto Pastoral, mientras que otras donaciones comenzaron en 1992 a enriquecer las áreas temáticas existentes con numerosas especialidades, como las de los profesores Maccarrone, Giannini, Venture, Ciprotti, Gelio, Tosato, Seidl, y el ex Rector Rossano. El 21 de octubre de 2007 se celebra definitivamente la ceremonia de inauguración de la nueva biblioteca por parte de Benedicto XVI; de la sala de lectura llamada Juan Pablo II, particularmente, pero también de los nuevos depósitos debidamente reestructurados. Miembro de la red URBS (Unión Romana de Bibliotecas Científicas) desde 1994, el 26 de febrero de 2007 la biblioteca ingresa oficialmente en la red URBE (Unión Romana de Bibliotecas Eclesiásticas). Desde enero de 2000 la catalogación de los nuevos volúmenes y series se efectúa de forma informática, mientras continua en varias fases la recatalogación informática del patrimonio librario precedente.
La Nueva Biblioteca
Para el proyecto de la nueva Biblioteca de la Pontificia Universidad Lateranense, el Rector Monseñor Rino Fisichella había expresado claramente su intención: Hacer de la lectura y la consultación de textos el tema central de la Universidad. La universidad conserva una notable colección de cerca de 600 mil libros, algunos de los cuales pertenecen al siglo XVI, la mayor parte textos de filosofía, teología, derecho canónico y principalmente cursos académicos. Muchos son archivados en estancias subterráneas, recientemente reestructuradas y equipadas con sistemas contra incendio, controles de humedad y temperatura. 25 mil textos antiguos son custodiados en un ambiente protegido, con el fin de preservar el estado de conservación. Originalmente la Sala de Lectura de la Biblioteca se ubicada en el primer piso en el espacio que ahora acoge el foyer del Aula Magna y oficinas.
La nueva sala de lectura y el archivo de libros de consulta libre están ahora dispuestos en el nuevo edificio, mas cerca del corazón de la Universidad y mayormente accesible al corredor principal del primer piso. Las sala sde lectura en un principio diseminadas en diversos puntos de la Universidad, están ahora concentradas en un único volumen, en el cual son archivados 70.000 volúmenes y 750 publicaciones, dispuestos en una torre de seis pisos, compartimentada y protegida del fuego.
El emplazamiento del edificio hace referencia a una exigencia del Rector, cual es la centralidad de la actividad de la biblioteca, archivo y salas de lectura. Externamente, el nuevo volumen está dispuesto junto a un bloque de aulas pre-existentes. Si bien el nuevo edificio es discreto en su alineamiento con el edificio existente, reflejado en el uso del mismo ladrillo en fachada, la nueva Biblioteca reafirma enérgicamente su modernidad de volumen suspendido, en el contraste de la luz y sombra generado en los cortes de llenos y vacios. A la derecha, el ala del Aula Magna manifiesta con mayor evidencia su importancia y diferencia respecto de las Salas de Lectura. El revestimiento de la fachada en travertino, la mayor altura, el volumen interno, distinguiéndose, adquiere importancia. A la izquierda de la Biblioteca, el ingreso de la Universidad, restaurado hace diez años, resulta más explicito, más significativo. La loggia en piedra pre-existente fue demolida para hacer espacio a la nueva Biblioteca, y conservando el ingreso al piso principal de la Universidad, éste resulta secundario, sujeto jerárquicamente al volumen principal.
La Universidad se abre hacia la Biblioteca gracias a una serie de volúmenes que unen las ventanas. Una escalera en la base conduce del primer piso de la Universidad al primer nivel de la Biblioteca nueva, donde en el amplio foyer, se encuentra la zona de consulta y catálogo informativo, la sala de lectura destinada a los profesores y el banco de distribución de los libros. A los seis niveles de Torre Librería se agregan 3 niveles de rampa donde se ubican los descanso con mesas de lectura. Cada rampa define dos niveles de Torre. La altura de piso de la Torre Librería es reducida al mínimo, cosa de evitar la instalación de estanterías muy altas con el consecuente problema del uso de escaleras para acceder a los libros.Los seis niveles están conectados por una escalera dispuesta entre el muro de contención de la Torre Librería y su fachada, revestida de libros a la vista. El espesor de la estructura, transforma la Torre en una gran librería. La pendiente de las rampas conecta la Torre Librería con los cortes irregulares en fachada, creando realmente (no solo el efecto) un juego de volúmenes que flotan sobre luz. Vista desde el exterior, de día, el retranqueo neto de las ventanas, concentra la vista en el cielo vetado y las 4 columnas portantes apenas visibles. De noche los tres bloques principales flotan sobre planos de luz.
Las rampas no solo se suspenden en el vacio, sino que se definen con la luz que llega verticalmente desde una lucarna centra, y una luz horizontal desde los cortes de la fachada externa. Sobre las rampas, las plataformas acogen las mesas de lectura. Los focos de luz ambiente se encuentran empotrados en el mobiliario. La variación de luz durante el día son mayormente evidentes aquí. La luz de mañana entra directamente desde las perforaciones de la fachada, siendo más fría, complementada por la luz cenital del la lucarna, calentándose cada vez más hacia el mediodía, y enfriándose hacia la tarde, pero cuando llega la luz del atardecer, está se refleja en los edificios circundantes y refleja hacia el interior del edificio. Al aparente movimiento de rampas, libreros y mesas, se suma el dinámico juego de luces.
La parte inferior de las rampas está constituida de estructuras metálicas que componen la compleja geometría inclinada e irregular. El diseño original del edificio es una respuesta estructural, del paciente y brillante Ingeniero Andrea Imbrend junto con una serie de aportes arquitectónicos: utilizar la menor cantidad de columnas posibles, reducir los espesores de fundaciones cosa de mantener de la mejor manera la condición de restos de una villa Romana, junto con cumplir los requerimientos de normativa sísmica y antincendio recientemente implementada.
Planta 1
Planta 2
Corte
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Actualizado el 25/11/2009 Eres el visitante número ¡En serio! Eres el número |