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LITERATURA RENACENTISTA ESPAÑOLA
Fray Luis de León
Introducción Las relaciones políticas, guerreras, religiosas y literarias entre Italia y España desde la mitad del siglo XV, hicieron que existiera un notable intercambio cultural entre estos dos países. El papado de dos ilustres valencianos, Calixto III (Alfonso de Borja) y Alejandro VI (Rodrigo de Borja y Oms), estrecharon las relaciones culturales entre Castilla, el Reino de Aragón, Cataluña y Roma. Las obras literarias españolas de mayor relieve se editaban o traducían en Italia. Así lo fueron el Amadís de Gaula, La Celestina, Cárcel de Amor, composiciones poéticas de Jorge Manrique, de Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana y producciones populares como romances, villancicos, etc. Otro tanto sucedía en España con obras italianas. Entre ellas, la Jerusalén Libertada, de Torcuato Tasso.
Fernando de Herrera
Estas relaciones hispano-italianas fueron muy importantes, ya que trajeron a la Península las inquietudes y gustos que propiciaron nuestro Renacimiento.
1. Etapas El Renacimiento se inicia con la unificación de España por los Reyes Católicos y abarca los reinados de Carlos I y Felipe II. Se pueden distinguir, pues dos etapas: A. Reinado de Carlos I: Se reciben nuevas ideas y se imita el Renacimiento italiano. B. Reinado de Felipe II. El Renacimiento español se cierra en sí mismo y se acentúan los aspectos religiosos.
Juan de Mena
2. Ideología La mentalidad renacentista se caracteriza por:
Un problema importante es el de la heterogeneidad de la población, problema que data del año 710, cuando parte de la península fue conquistada por los musulmanes cuyos últimos gobernantes justo en 1492 fueron expulsados de Granada, última de sus posesiones. Posteriormente el período se caracterizó por su vitalidad y renovación; sin embargo, todavía carecía de homogeneidad religiosa la península, pues seguían conviviendo 3 religiones: la judía, la musulmana y la cristiana, aunque el poder político estaba en manos de esta última, la mayoritaria. Es así como la Inquisición pasa a ser un órgano dependiente del Estado y no sólo de la Iglesia, y es quien ejerce presión para que se termine expulsando a los antes tolerados.
Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana
La situación de España siempre fue muy compleja pero aún así el humanismo logró mantener su característica innovadora, a pesar las interferencias que limitaron el estudio de los clásicos. Puede hablarse de erudición con los Reyes Católicos, dentro de este período el primer autor importante es Antonio de Nebrija (1442-1522), con su Gramática. Por otra parte, el gran mecenas durante el humanismo fue el cardenal Gonzalo Jiménez de Cisneros, lo que contrasta en parte con el resto de su prelado por su origen humilde y su carácter austero y el haber puesto su mayor empeño en reformar las costumbres de indisciplina entre las órdenes religiosas. La reforma tenía que ser fruto de una reforma a la educación, y aunque no fuera erudito fue el máximo protector de los nuevos estudios. En 1498 fundó la Universidad de Alcalá de Henares, que superó en prestigio e influencia a todas las demás excepto la de Salamanca, su mayor rival. La orientación de su reforma coincidía en parte con las ideas de Erasmo en un momento en que el erasmismo era la doctrina pujante en Europa y en España por supuesto, protegida por el rey Carlos I. También durante la época era común una obra como la de Pedro Mexía, quien recopiló una miscelánea de información científica. Es un ejemplo de la tendencia renacentista a la idealización, pues se tenía la convicción de que la sabiduría puede extraerse de la gente común, cuya pura tradición la ha conservado, porque el pueblo está y siempre estuvo cerca de la naturaleza. Dentro del idealismo y el humanismo del Renacimiento están muy bien representadas las controversias de la actividad colonial de España en el nuevo mundo. El principal promotor fue el fraile dominico Bartolomé de las Casas (1474-1566), quien tenía como principios básicos: que la guerra es irracional y contraria a la civilización; que no debe emplearse fuerza alguna contra los nativos, pues incluso la conversión forzosa al cristianismo es reprochable; que la irracionalidad y la libertad del hombre exige que la religión y todo lo demás solo se enseñe mediante una suave y amable persuasión. El resurgimiento del nuevo espíritu se ve encarnado por Francisco de Vitoria (1483-1546), teólogo dominico, profesor de Salamanca, que rechazó toda argumentación basada en puras consideraciones metafísicas por estar a favor del estudio de los problemas reales que planteaba la vida política y social contemporánea. Fue el primero en establecer los conceptos básicos del derecho internacional moderno, basándose en la regla del derecho natural. Afirmaba así las libertades fundamentales como la palabra, de comunicación, comercio y tránsito por los mares, siempre que las naciones y razas no se perjudicaran mutuamente. Pero estas libertades eran inherentes a la sociedad humana, dentro de la cual los indígenas no estaban considerados por ser comunidades subdesarrolladas, sin organización política ni medios de comercio. En consecuencia Vitoria propugnaba un sistema de mandato donde las razas inferiores debían ser gobernadas por razas superiores, doctrina basada en el servilismo natural, por lo tanto si las naciones incivilizadas se negaban a someterse voluntariamente, la guerra era moralmente legítima.
Garcilaso de la Vega Con Erasmo en España muere el espíritu de tolerancia, pues no se llegó a ninguna reconciliación ni compromiso entre protestantes y católicos, comenzaba la Contrarreforma; una vez se perseguía la unidad religiosa, solo que ahora dentro del mismo Cristianismo, había terminado el Renacimiento. Sin embargo la religiosidad española mantuvo sus propios parámetros gracias a una nueva orden, la Compañía de Jesús, fundada por San Ignacio de Loyola (1491-1556). A España llegó procedente de Italia el neoplatonismo. Platón basó su filosofía del amor en la elevación en la cual el espíritu es trasportado por su amor a la belleza.
En torno a Erasmo y España El humanismo propone como tarea lograr la pureza auténtica del mensaje cristiano, lograr la unidad de los mejores pensamientos humanos en torno a una filosofía de Cristo donde el hombre moderno puede encontrar la alegría y la felicidad, pero Erasmo no pretendió divinizar al hombre ni poner el Renacimiento al servicio de los hombres. Sí reconoce que el hombre es razón y lenguaje, por eso su trabajo es el de reconocer la palabra como la mejor parte de la naturaleza pues constituye el ser del hombre, este estudio le corresponde al Humanismo.
San Juan de la Cruz La poesía renacentistaLa poesía de este período se dividió en dos escuelas: la Salmantina (Fray Luis de León) y la Sevillana (Fernando de Herrera). La Escuela Salmantina, tiene como rasgos distintivos:
La Escuela Sevillana, en cambio, es:
No obstante, esta escuela sirvió de base inmediata y de puente necesario para enlazar con los movimientos poéticos que en el siglo XVII se englobaron bajo la denominación general de Barroco. OrígenesLa lírica renacentista se origina a partir de:
Esta poesía tradicional está ligada al empleo del verso corto, especialmente el octosílabo.
Retrato de Sor Juana Inés de la Cruz Características
a) El Carpe Diem, cuya traducción sería "atrapa el día" o "aprovecha el momento". Con él se aconseja el disfrute de la vida antes de la llegada de la vejez. b) El "Descriptio puellae", descripcion de la belleza ideal de la mujer. c) El Beatus Ille o alabanza de la vida del campo, apartado de lo material, frente a la vida de la ciudad, con sus peligros e intrigas. d) El Locus amoenus o descripción de una naturaleza perfecta e idílica. e) El "Aurea mediocritas", gusto y satisfacción por lo sencillo, lo que se posee... frente al deseo desmesurado de riquezas Imitación y originalidad en la poética renacentista. El poeta renacentista se servía de los modelos de la Naturaleza, sobre esta base no ponía en duda la necesidad de imitar pues estos procedimientos se justificaban por proceder no de la reproducción de modelos, sino que del mismo espíritu que ha recogido otros pensamientos y se ha nutrido de ellos. Si lo ajeno, forzosamente disperso al ser múltiple, se vértebra y refunde en un organismo único, y si en este resplandece el espíritu del escritor, nadie podrá negarle el dictado de original. Dentro del esfuerzo por establecer influencias, traducciones o adaptaciones hay un componente de autocomplacencia ya que daba prestigio a quien las descubría. Esas rudezas eran en su mayor parte un rastreo que significo una pugna entre antiguos y modernos, para exhibir la propia cultura. El escritor de esa época asume la imitación como centro de su actividad. La originalidad absoluta constituye un ideal remoto que no se niega, pero no se postula exigentemente, porque es un privilegio concedido a poquísimos, y existe además, la posibilidad de alcanzarla con el medio imitativo. En la imitación se debe acudir a varias fuentes que deben transformarse y reducirse a unidad, es decir convertirse al sentimiento personal que permite obtener el resultado patentemente original (no es la expresión pura del sentimiento, antes es un rodeo la memoria lectora)
Literatura religiosaEl Renacimiento impone una división entre lo natural y lo sobrenatural, frente a la Edad Media en que se mezclaban de una forma que Dios, la Virgen y los Santos intervenían en todo tipo de asuntos mundanos con apariciones y milagros. En esta nueva época, hay escritores mundanos, como Garcilaso de la Vega, y autores que únicamente expresan sentimientos religiosos, tanto en verso como en prosa. En el Renacimiento se desarrollan y manifiestan ampliamente estos sentimientos, fuertemente impulsados por la Contrarreforma, lucha contra la Reforma protestante, en la que se empeñaron la Iglesia y la Corona españolas. Ascética y mística La literatura religiosa puede manifestarse en tratados en prosa sobre materias espirituales (como Los nombres de Cristo, de Fray Luis de León), o bien en poemas cargados de espiritualidad (San Juan de la Cruz). De ambas maneras se expresaron las formas de vida religiosa, denominadas ascética y mística.
Lope de Rueda. La prosa renacentistaComo es lógico, buena parte de los subgéneros narrativos del siglo XV siguen vivos a lo largo del XVI; sin embargo, hay tres que merecen especial atención: La Novela Pastoril La Novela Pastoril es de origen italiano, como la Sentimental. Al mediar el año de 1558 apareció el primer texto español perteneciente a este género: La Diana, escrita por Jorge de Montemayor. El éxito de este tipo de narrativa hizo que grandes autores de finales del XVI y principios del XVII como Lope de Vega (La Arcadia) o Miguel de Cervantes (La Galatea) lo cultivaran. La prosa didáctica y religiosa. Durante el reinado de Felipe II, que abarca los años de 1557 a 1597, la Literatura Religiosa en España tuvo su mayor auge. La religiosidad del monarca, el espíritu de la Contrarreforma y las costumbres de la época fueron parte en la extraordinaria importancia que ésta alcanzó. La Literatura Didáctica y Religiosa es muy vasta, pues incluye:
La novela picaresca
Portada de la edición de Medina del Campo de 1554, impresa por Mateo y Francisco del Canto Como género literario, posee las siguientes características:
a. pertenece a la clase social baja, casi un delincuente; b. es un vagabundo; c. se mueve inducido por el hambre; d. busca la manera de mejorar de vida; e. carece de ideales. El Lazarillo de Tormes El Lazarillo, de autor anónimo, se publicó en 1554 y narra la vida de un muchacho, Lázaro de Tormes, desde su nacimiento hasta que se casa en Toledo con la criada de un arcipreste. Durante todo ese tiempo sirve a varios amos que le maltratan y apenas le dan de comer. Como ya se ha dicho, inaugura la novela picaresca y destaca dentro de la producción de la literatura del Siglo de Oro por su originalidad ya que representa una literatura basada en la realidad frente al idealismo o la religiosidad de la literatura de la época e inmediatamente anterior (libros de caballerías, novela sentimental, etc.) En cuanto a la técnica empleada, se ha de destacar el hecho de articular los episodios a través del hilo conductor de la vida del pícaro.
Lazarillo de Tormes visto por Francisco de Goya. |
Actualizado el 25/11/2009 Eres el visitante número ¡En serio! Eres el número |