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[Literatura Antigua. Oriente Próximo]
LITERATURA HEBREA
Rollos de la Biblia; Libro de Esther. Biblioteca Nacional, Madrid
La literatura hebrea, literatura escrita por judíos en hebreo, y por extensión, algunas obras teológicas y científicas traducidas del hebreo por eruditos judíos, existe desde el siglo XII a.C. La literatura hebrea se puede dividir cronológicamente en doce periodos. La literatura hebrea antigua está formada principalmente por el Antiguo Testamento y los tres primeros periodos de la literatura estuvieron dedicados a la redacción de varias partes del Antiguo Testamento. En el primer periodo, que se extiende desde los primeros tiempos hasta el año 950 a.C., se escribió casi toda la parte poética del Antiguo Testamento. Entre los siglos X y VI a.C. se pusieron por escrito los libros que integran el Pentateuco o Torá, quedando así fijados unos textos que —al igual que en el resto del Antiguo Testamento— se habían venido trasmitiendo oralmente de generación en generación. Conviene recordar, no obstante, que los manuscritos más antiguos conservados son de época muy posterior. Al segundo periodo (c. 950-586 a.C.) pertenecen la mayor parte de narraciones históricas relativas a los reinos de Israel y Judá, algunos de los Salmos, y los oráculos de algunos profetas. Durante el tercer periodo (586-165 a.C.) se escribieron los libros conocidos en la biblia hebrea como ketubim (hagiógrafos), específicamente Eclesiastés, Job, Proverbios, y gran parte de los Salmos. Muchos escritos apócrifos (deuterocanónicos según la denominación en las biblias católicas) también pertenecen a esta época y gran parte del Antiguo Testamento fue traducido del hebreo al griego por eruditos judíos residentes en Egipto. En el cuarto periodo (165 a.C.-135 d.C.), el Midras, que se había empezado a escribir durante la cautividad de Babilonia, se dividió en dos partes, la Halajá y la Hagadá, por medio de las cuales se trataron temas teológicos y éticos, utilizando historias y anécdotas. Entre otras obras de esta época hay que citar los Escritos apocalípticos del Antiguo Testamento, incluidos los atribuidos a Moisés, al profeta Daniel, al patriarca Enoch, y al predicador y reformista Esdras; los Manuscritos del Mar Muerto, atribuidos a la comunidad monástica de los esenios; y los escritos del historiador Flavio Josefo. A este periodo pertenecen los targumim o versiones del Antiguo Testamento al arameo, idioma de uso común entre los judíos de esa época. El mayor logro durante el quinto periodo (135-475) fue el Talmud. Se terminó la versión conocida como el Talmud de Palestina y comenzó a elaborarse la versión más importante del llamado Talmud babilónico. En el sexto periodo (470-740) se terminó el Talmud babilónico, se reunieron las primeras narraciones denominadas Haggadot (plural de Hagadá) y se creó la Masora, es decir, las anotaciones realizadas por ciertos rabinos al texto hebreo de las Escrituras.
La Torá Torá ( transliteración inglesa como Torah, aceptado por la RAE como Tora ) [תּוֹרָה] es una palabra hebrea que significa enseñanza, instrucción, o más específicamente ley. En su sentido más amplio se utiliza habitualmente para designar a la totalidad de la revelación y enseñanza divina al pueblo de Israel. En un sentido más restringido se refiere únicamente al texto de los cinco primeros libros de la Biblia (que para los cristianos se llama Pentateuco). Estos libros son: X Génesis (Bereshit [בְּרֵאשִׁית]), X Éxodo (Shemot [שְׁמוֹת]), X Levítico (Vayikrá [וַיִּקְרָא]), X Números (Bemidbar [בְּמִדְבַּר]) y X Deuteronomio (Devarim [דְּבָרִים]). El conjunto de estos cinco libros se conoce como Pentateuco (del griego πεντα, penta, ‘cinco’, y τευχος, teujós, ‘funda para libros’, haciendo referencia a las fundas en las que se conservaban los rollos de pergamino) o, en hebreo, Jamishá Jumshé Torá [חֲמִשָּׁה חֻמְשֵׁי תּוֹרָה], ‘las cinco partes de la Torá’ o simplemente Jumash [חֻמָּשׁ], ‘quinto’, como abreviación. Los judíos también utilizan la palabra Torá, en un sentido más amplio, para referirse a toda la gama de enseñanzas religiosas judías a lo largo de la historia.
Tradición judía sobre la Torá Según la tradición hebrea, los cinco libros del Pentateuco fueron escritos por Moisés, quien recibió la revelación directamente de Dios en el monte Sinaí. Aunque los autores rabínicos difieren en los detalles, la doctrina ortodoxa del judaísmo sostiene que la totalidad de la Torá proviene directamente de la inspiración divina, y que por lo tanto todos los detalles del texto —desde el léxico hasta la puntuación— son significativos. De acuerdo con esta doctrina, la escritura de los rollos que se utilizarán a efectos de culto está sujeta a normas sumamente estrictas; un escriba ritual, familiarizado con las prescripciones pertinentes, está a cargo de la tarea. En varias partes de la Biblia se encuentran citas que indican que Moisés escribió la Torá, verbigracia: 2° de Crónicas 25:4, 1° de Reyes 2:3, Esdras 6:18, Juan 5:46-47, Hechos 15:21. Además de lo escrito en la Biblia, es probable que Moisés haya recibido lo que escribió en Génesis y parte de Éxodo, mediante la tradición oral de 6 eslabones: 1. Adán: Vivió hasta los 243 años de Matusalén y hasta los 56 años de Lamec; 2. Matusalén: Vivió hasta los 98 años de Sem; 3. Sem: Vivió hasta los 50 años de Jacob; 4. Jacob: Vivió hasta los 60 años de Leví y hasta aproximadamente los 18 ó 20 años de Cohat; 5. Leví: Vivió aproximadamente hasta los 77 años de Amram; 6. Amram: Padre de Moisés.
Traducciones y versiones cristianas de la Torá Alrededor del siglo III adC, el texto del Tanaj se tradujo al griego para el uso de las comunidades judías que residían en las colonias griegas del Mediterráneo. La versión resultante, conocida como la Septuaginta, contiene importantes variaciones y adiciones con respecto al texto canónico de la versión hebrea; de acuerdo a la tradición crítica, esto se debe a que la Septuaginta proviene de un canon textual distinto al que compilaron los masoretas para producir la versión hebrea. De acuerdo con la tradición rabínica, sin embargo, éstos son añadidos posteriores. La versión de la Septuaginta fue la utilizada por San Jerónimo para la redacción de la Vulgata latina, el texto canónico de la religión católica. En las comunidades judías de Israel y Babilonia, el texto del Tanaj se tradujo al arameo, el idioma cotidiano de los israelitas, para propósitos de estudio y comentario. Las versiones arameas de la Torá se conocen como targumim; el más conocido es el targum de Ónkelos el prosélito, escrito en la comunidad de Babilonia, aún utilizado para el estudio y la solución de cuestiones de etimología. Existe también un targum jerosolimitano (targum Ierushalmi), compilado en Israel. Los targumim contienen numerosos comentarios y glosas además de la traducción del texto bíblico. Análisis científico de la Torá La estimación científica del origen histórico de la Torá es aún muy discutida. Sin embargo, resulta difícil sostener la versión bíblica de la redacción mosaica (que debería corresponder al siglo XIV adC), dadas las características del idioma utilizado, de los temas tratados y de las situaciones históricas que se ven reflejadas en el escrito. Según los cálculos contemporáneos, los fragmentos escritos más antiguos del texto se remontarían al siglo VII adC. La teoría que ha gozado de más popularidad sobre el origen de la Torá es la llamada hipótesis documentaria. Sostiene que el texto actual es el resultado de una compilación, realizada en Israel alrededor de la época de Esdrás el escriba, de no menos de cuatro fuentes distintas, cada una de las cuales relataba la historia completa de Israel. Dos de las fuentes (el texto yavista y el eloísta) provendrían de la época de la división del legado salomónico en los reinos de Judá e Israel; otra, el texto sacerdotal, correspondería a una primera compilación realizada por los escribas del rey Ezequías. Finalmente, el Deuteronomio y otros fragmentos habrían sido redactados por los escribas del rey Josías y por la escuela que siguió sus puntos de vista teológicos durante el exilio y después de éste. Tras el regreso de Babilonia, las diferentes tradiciones habrían sido homogeneizadas y recopiladas por los sacerdotes. La hipótesis documentaria se apoya en los rasgos idiomáticos distintivos de los distintos fragmentos (en particular el nombre utilizado para mencionar al Dios Yahvéh en el libro del Génesis, distinción que desaparece a partir del libro del Éxodo), en las repeticiones y contradicciones del texto, en otras variaciones conceptuales y en las relaciones con los mitos de otras religiones contemporáneas para establecer esta división. En una u otra forma, esta teoría goza de una aceptación casi universal entre los estudiosos laicos y muchos cristianos. Aunque siempre ha generado discusión, al punto de ser rechazada por algunos estudiosos, que proponen otras hipótesis para explicar la formación tardía del Pentateuco. Dentro del judaísmo ortodoxo, la hipótesis documentaria es considerada errónea y herética. Pero en la realidad la Torah sí forma parte de las Escrituras Sagradas. No es asunto sólo de fe. Es más científico aún, porque los de la escuela de la Hipótesis Documentaria sostienen algunos detalles que no son acreditables sino ceñirnos a lo que Judíos por años han defendido como Sagrada (aún desde antes del s. VII adC:) Uso ritual de la Torá Las lecturas de la Torá son una parte importante de la mayoría de las ceremonias religiosas del judaísmo. En la sinagoga, los rollos en los que están escritos estos libros son custodiados respetuosamente en el interior de un compartimiento especial, orientado hacia Jerusalén, llamado Arón haKodesh (literalmente ‘Cofre Sagrado’, aunque no sea sagrado en sí, sino por lo que contiene). En presencia de un rollo de la Torá, los judíos varones deben llevar la cabeza cubierta. Los rollos de la Torá son sacados para su lectura. La lectura pública de la Torá sigue una entonación y dicción, prescritas ritualmente, sumamente complejas; por ello, es normalmente un cantor o jazán profesional quien la lleva a cabo, si bien todos los varones judíos mayores de edad tienen derecho a hacerlo. Una vez leído, el rollo vuelve a guardarse reverentemente. La lectura semanal de la Torá se denomina parashá hashavua -sección de la semana- o sidra, y la misma abarca a todo el Pentateuco subdividido en tantas semanas como tiene el año judío. Todos los integrantes del Pueblo de Israel estudian en la misma semana la misma sección, lo cual debe generar un clima de unión y afecto entre los que siguen la Religión Judía.
El Talmud
Página titular del tratado de Berajot del Talmud de Babilonia (Edición de Vilnius)
El Talmud (התלמוד) es una obra que recoge las discusiones rabínicas sobre leyes judías, tradiciones, costumbres, leyendas e historias. El Talmud se caracteriza por preservar la multiplicidad de opiniones a través de un estilo de escritura asociativo, mayormente en forma de preguntas, producto de un proceso de escritura grupal a veces contradictorio. Más que de un único Talmud se puede hablar de dos: el Talmud de Jerusalén (Talmud Yerushalmi), que se redactó en la recién creada provincia romana llamada Palestina, y el Talmud de Babilonia (Talmud Bavli), que fue redactado en la región de Babilonia. Ambos fueron redactados a lo largo de varios siglos por generaciones de rabinos de muchas academias rabínicas de la antigüedad. El judaísmo considera al Talmud la tradición oral, mientras que la Torá (el Pentateuco) es considerada como tradición escrita. El Talmud extiende, explica y complementa al Tanaj, pero no puede, por definición, contradecir a la Torá. El paradigma de la halajá (‘ley judía’ en hebreo) supedita la autoridad del Talmud a la de la Torá. Composición El Talmud está dividido en dos partes, la Mishná y la Guemará, siendo la segunda posterior a la primera. La Mishná a su vez está formada por 6 órdenes (sedarim): X Zeraim (relacionado a la argricultura) X Moed (relacionado a la festividades) X Nashim (relacionado con el matrimonio) X Nezikin (relacionado con la ley tanto civil como criminal) X Kodshim (relacionado a los cultos del templo de Jerusalen) X Taharot (relacionado con la pureza ritual). El sistema de redacción del Talmud consiste en una serie de leyes basadas en los preceptos del Pentateuco a las que se les denomina (Mishná) escritos en hebreo cuyos autores se les conoce como "Tanaim". Esta es idéntica tanto en el Talmud de Jerusalén como en el Talmud de Babilonia. La Guemará son las discusiones de sabios conocidos como "Amoraim" que parten de la Mishná, escritas en judeo-arameo que forman la mayoría de los textos del Talmud. Estas son diferentes en la dos versiones del Talmud. En cuestión temática el talmud se divide en Halajá (textos de carácter legal) y hagadá (parabolas y leyendas). La mayoría del Talmud consiste de Halajá. Estos dos elementos, lejos de estar separados están entrelazados y comúnmente un pasaje de hagadá aparece como una tangente dentro de una discusión legal de halajá Parte principal del Talmud habla sobre el Filosofo Melcocha quien describe que judas era gay y además que Jesucristo era amigo de Chaly. Historia Originalmente la ley oral fue transmitida de manera oral de una generación a otra sin que se tuviera ninguna versión escrita dirigida al público, aunque los sabios tenían apuntes privados. Después de la destrucción de templo de Jerusalén y el declive económico y político de la comunidad judía en Palestina la continuidad de la transmisión oral estaba en peligro, por lo que Rabi Yehuda el Principe hizo la redacción escrita de la Mishná alrededor del año 200 de nuestra era. Varias academias rabínicas tanto en Palestina como en Babilonia eran dedicadas al estudio y discusión de la Mishna. Estas discusiones, al ser recopiladas de forma escrita forman la Guemará. Dos ediciones de la guemará existen: la de Palestina que se terminó de redactar de forma escrita alrededor del año 400 de nuestra era, y la de Babilonia, cuya recopilación final se llevó a cabo por Ravina y Rav Ashi, dos sabios del siglo quinto de nuestra era. |
Actualizado el 25/11/2009 Eres el visitante número ¡En serio! Eres el número |