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LITERATURA DEL S.XVIII EN FRANCIA
Voltaire en la corte de Federico II de Prusia, de Adolph von Menzel, Voltaire está a la derecha. En este siglo abundaron las tertulias, banquetes y reuniones, en los que se difundía la nueva cultura de los ilustrados.
En el siglo XVIII, el francés se convirtió en la lingua franca literaria y diplomática de Europa occidental (y, hasta cierto punto, en Norteamérica), y las letras francesas han tenido un profundo impacto en todas las tradiciones literarias europeas y norteamericanas mientras que, al mismo tiempo, han resultado muy influidas por otras tradiciones nacionales (por ejemplo, el romanticismo británico y alemán en el siglo XIX). Desde un punto de vista literario, el dominio del Neoclasicismo hace que el siglo XVIII sea en Francia una prolongación en muchos sentidos de la etapa anterior. Sin embargo, la fuerza subversiva de las ideas ilustradas inspirará, al final del siglo, la caída del Antiguo Régimen con la Revolución Francesa (1789).
El pensamiento ilustrado: los “philosophes” Nacida en Francia, la filosofía ilustrada extendió por toda Europa sus novedosas ideas racionalistas y reformistas. Sus principales figuras, pensadores polifacéticos y combativos, no dudaron en recurrir a la literatura para difundir su pensamiento.
Charles Louis de Secondat, Baron de Montesquieu
Su producción literaria también es inmensa, pues fue poeta y dramaturgo. Tienen más vigencia sus relatos alegóricos, que exponen problemas morales con una visión pesimista del hombre. Entre ellos destacan El ingenuo (1767) y, sobre todo, Cándido o el optimismo (1759), su obra maestra, en la que la bondad natural del protagonista choca continuamente con la sociedad humana.
Voltaire en 1718
Denis Diderot por Louis-Michel van Loo, 1767
Jean-Jacques Rousseau
La literatura neoclásica La poesía es el género más pobre del siglo. La estética neoclásica, basada en la imitación de los autores grecolatinos, las reglas y el propósito didáctico, fue especialmente poco fructífera con ella. Sólo en los últimos momentos del neoclasicismo hay un autor de interés, André Chénier (1762-1794), con sus poesías bucólicas e idílicas.
André Chénier
Los mejores autores del teatro neoclásico, aparte del intento de drama sentimental burgués de Diderot, son comediógrafos:
Lesage
Marivaux
Beaumarchais
La novela alcanza un nivel superior. La primera obra importante es la entretenida Gil Blas de Santillana de Lesage, supuesta imitación de una novela picaresca. También escribió Marivaux dos largas novelas sentimentales, La vida de Mariana y El campesino enriquecido. Manon Lescaut (1731), de François Prevost (1697-1763) es ya una obra maestra por su análisis psicológico de una pasión amorosa arrebatadora que arrastra a los protagonistas.
El abate Prévost El ambiente de relajación de costumbres hace florecer el subgénero de la novela libertina, de difusión clandestina por su mezcla de erotismo, anticlericalismo e ideas subversivas. Su culminación es el marqués de Sade (1740-1814), encarcelado por la inmoralidad de sus obras, como Justine, y muerto en un manicomio.
Retrato del Marqués de Sade
A finales de siglo obtuvo un gran éxito Pablo y Virginia (1787), de Bernardin de Saint- Pierre (1737-1814), historia de puro amor adolescente en un marco natural. La otra gran novela del siglo es Las relaciones peligrosas (1782), de Choderlos de Laclos (1741-1803), terrible retrato epistolar del libertinismo de la aristocracia.
Bernardin de Saint-Pierre P. Choderlos de Laclos
Un importante subgénero neoclásico fue el de las memorias. Las del duque de Saint-Simon (1675- 1755) son un amplísimo retrato de toda una época, desde una perspectiva moralista. Destacan también las Memorias escritas en francés por el italiano Giacomo Casanova (1725-1778), quien recorrió toda Europa entre aventuras amorosas e intrigas políticas.
El duque de Saint-Simon Giacomo Casanova
Los Salones Literarios
"Salón de damas" de Abraham Bosse Un salón literario era una reunión celebrada en la residencia de un anfitrión o anfitriona, de quien tomaba el nombre; su finalidad era disfrutar de compañía amena, refinar el gusto y ampliar conocimientos mediante la conversación y la lectura, para lo que a menudo se seguía deliberadamente la definición de los fines de la poesía del poeta clásico Horacio: "agradar y educar" (aut delectare aut prodesse est). El término salón literario suele asociarse a las reuniones literarias y filosóficas francesas de los siglos XVII y XVIII, aunque su práctica pervive hasta hoy en todo el mundo. La palabra salon aparece por primera vez en Francia en 1664 (del italiano sala, que designaba a una gran estancia de recepción). Las reuniones literarias de épocas anteriores solían denominarse por el nombre de la habitación en que ocurrían, como cabinet, réduit, ruelle and alcôve. Antes de finales del siglo XVII estas reuniones solían celebrarse en un dormitorio (que se usaba como una sala de estar más privada): una dama, reclinada en su lecho, recibía a sus amigos íntimos, que se sentaban a su alrededor en sillas o banquetas (esta práctica aún pervivía en la petite levée de Luis XIV). La expresión ruelle (literalmente "callejuela" designa al espacio entre una cama y la pared de un dormitorio, y más generalmente el dormitorio completo; solía usarse para designar las reuniones de las "précieuses", los círculos intelectuales y literarios que se formaron en la primera mitad del siglo XVII y cuya afectación fue ridiculizada por Molière. Las cortes nobles siempre han atraído a poetas, escritores y artistas por la posibilidad de mecenazgo, aspecto que las distingue de los salones. En la Italia del siglo XVI se formaron círculos muy brillantes en ciertas cortes pequeñas, a menudo galvanizados por la presencia de una mecenas bella y cultivada como Isabel de Este, (Florencia, 18 de mayo de 1474 - Mantua, 13 de febrero de 1539), o Elisabetta Gonzaga. En la Francia del siglo XVI se formaron círculos literarios y artísticos en torno a princesas como Margarita de Navarra, Reina Consorte de Navarra entre 1527 y 1549, María de Médici, (Florencia, 26 Abril 1573 - 3 Julio 1642), Reina Consorte de Francia de 1600 a 1610, Reina madre hasta su fallecimiento en 1642, y Margarita de Valois, la Reina Margot entre otras. No obstante, hacia finales de dicho siglo las Guerras de Religión hicieron que los círculos literarios reales comenzaran a ser reemplazados por otros de particulares. Los más famosos salones literarios de París en la década de 1620 fueron el Hôtel de Rambouillet, o de Catalina de Vivonne, (Roma, 1588 – París, 1665), marquesa de Rambouillet o Madame de Rambouillet, y el salón rival que se reunía en torno a Madeleine de Scudéry, (1607 - 1701, con 94 años). En ellos se reunieron las llamadas bas-bleues (medias azules), cuyo nombre siguió siendo sinónimo de mujer intelectual en los tres siglos siguientes. En los salones de París, las précieuses refinaban la lengua aun antes de la fundación de la Académie française. Los salones del siglo XVIII reunieron a la alta sociedad parisina y a los filósofos ilustrados que escribieron la Encyclopédie. Este comentario de Marmontel sobre Julie de Lespinasse sugiere el secreto del salón en la cultura francesa: "El círculo está formado por personas dispares. (La anfitriona) las tomaba de diversos sectores de la sociedad, pero con tal gracia que, una vez armonizadas, se comportaban como las cuerdas de un instrumento tocado con mano hábil." A estas anfitrionas inspiradoras se las llamaría "musas" en los círculos alemanes. En Italia imperaba la formalidad. Sir Horace Mann, enviado británico en Florencia y corresponsal de Horace Walpole, contaba que en los salones de aquella ciudad se celebraban conversazioni, en las que los participantes se sentaban en sillas altas dispuestas en círculo y la anfitriona proponía un tema, sobre el cual cada uno de ellos debía disertar con brillantez.
Lectura de Molière de Jean-François de Troy, hacia 1728 Salones parisinos del siglo XVIII
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Actualizado el 25/11/2009 Eres el visitante número ¡En serio! Eres el número |