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LITERATURA DEL S.XVIII EN INGLATERRA
Inglaterra vive en el siglo XVIII una época de esplendor político, social y económico. Los dos fenómenos más destacados en literatura son la consolidación de la novela en su camino hacia la modernidad y la afirmación prerromántica del sentimiento. La Edad Augusta
Robinson Crusoe de Daniel Defoe
El Neoclasicismo inglés puede identificarse con el “Augustan Age”. Abarca desde la segunda mitad del SXVII hasta mediados del SXVIII. Este movimiento literario culminó en el XVIII con las obras de Pope y Swift. El nombre de Augusto se debe al paralelismo que se estableció entre el reinado de Carlos II y el del Emperador romano Augusto. Roma, bajo el gobierno de Augusto, tuvo un periodo de relativa estabilidad y de apogeo cultural; en esta época vivieron Virgilio, Horacio y Ovidio, que fueron los poetas que sirvieron de modelo a los “Augustan poets”. Durante este periodo, la literatura inglesa fue adquiriendo una mayor base teórica a lo que contribuyeron de forma significativa las obras de crítica literaria de Dryden, entre las que destaca An essay of dramatic poesy (1668), en la que el autor puso de manifiesto las características del neoclasicismo inglés. La mentalidad de la época defendía los valores del mundo civilizado, lo que no es de extrañar, puesto que en esta época se estaba iniciando la expansión de lo que luego sería el Imperio Británico. Esta ideología sirvió de justificación para llevar el modelo de civilización británica a los pueblos que, desde su perspectiva, no estaban civilizados. El ejemplo más claro de esta mentalidad es la novela Robinson Crusoe de Defoe, en la que pone de manifiesto el espíritu colonialista inglés. En el ámbito literario del SXVIII coexistieron dos tendencias, la primera tradicional y neoclásica, a la que pertenecen Pope y Swift, y la otra más moderna que mantenía una estrecha relación con el periodismo, en ese momento en auge. A Swift y a Pope los preocupaba el auge que estaba adquiriendo esta clase de literatura y consideraban que se estaban poniendo en peligro los valores de la civilización. La propia denominación de este período deja clara su raíz cultural clásica, cuyo ideal de equilibrio se adaptaba perfectamente al carácter inglés. Uno de los géneros más en boga fue el de la literatura de viajes, utilizado como medio para criticar la propia realidad desde otros puntos de vista. Uno de estos libros es Robinson Crusoe, de Daniel Defoe (1660-1731), que narra las aventuras del náufrago en una isla desierta. La novela obtuvo un enorme éxito que llega hasta nuestra época, en la que se lee como libro juvenil pese a ser una epopeya del esfuerzo racional del hombre por vencer a la naturaleza.
Daniel Defoe
El irlandés Jonathan Swift (1667-1745) fue un mordaz espíritu satírico. Su novela Viajes de Gulliver es a la vez una parodia de la literatura de viajes y una dura crítica, desde un punto de vista ilustrado, de la sociedad humana. Su ambientación fantástica (con su país de Liliput, habitado por enanos), hace que suela leerse como libro infantil, eliminando las dos últimas partes, que son las más terribles.
Jonathan Swift
Un tercer autor importante es el poeta Alexander Pope (1688-1744). Comenzó su carrera con una obra inspirada en Virgilio, Pastorales, y más adelante se dedicó a una poesía irónica y humorística. Fueron muy famosas sus traducciones de la Ilíada y la Odisea. Escribió obras como Ensayo sobre la crítica, Ensayo sobre el hombre, o la epopeya burlesca El robo del rizo.
Alexander Pope Inicios de la novela burguesa
A finales del SXVII y principios del SXVIII se produjo una revolución literaria que culminó con el nacimiento de la novela. Durante esta época aparecieron nuevos lectores que procedían de la clase media, los gustos fueron cambiando y aumentó la creencia de que las formas literarias tradicionales ya no eran válidas, ni para representar la realidad ni para satisfacer al nuevo tipo de lector. Los “tradicionalistas” como Swift se oponían a este cambio ya que consideraban este cambio como una disminución de la calidad de las obras. Los “modernos” consideraban que los valores tradicionales estaban agotados y creían en la necesidad de una nueva forma literaria. El deseo de novedad vino en dos etapas, con dos generaciones. La primera corresponde a finales del SXVII y principios del SXVIII y en ella los escritores no eran conscientes de que se estaba gestando una revolución literaria que tendría como resultado la creación de una nueva forma literaria. Daniel Defoe, hombre inquieto y pragmático, que fue periodista, espía y que, incluso, estuvo en la cárcel, no era consciente de que su obra Robinson Crusoe iba a ser la primera novela en lengua inglesa. La segunda etapa se inició a mediados del SXVIII, y en ella tanto Richardson como Fielding y, más tarde, Sterne eran conscientes de estar escribiendo dentro de una nueva forma literaria. En sus novelas están presentes, en el caso de Richardson, los gérmenes de la futura novela psicológica, mientras que Fielding los de la novela realista del SXIX y, por último, Tristam Shandy de Sterne se puede considerar como uno de los primeros exponentes de la novela experimental. Hay varios novelistas importantes: Samuel Richardson (1689-1761) da el primer paso con Pamela y La Virtud recompensada, novela sentimental epistolar de final feliz, que genera toda una moda.
Samuel Richardson
Henry Fielding (1707-1754) parodia la novela de Richardson en Joseph Andrews, que sigue el modelo cervantino (trama itinerante, protagonista acompañado, constante ironía). Fielding es autor de otra gran novela, Tom Jones, de tipo satírico y humorístico.
Henry Fielding
Lawrence Sterne (1713-1768) también demuestra con Tristram Shandy dominar el arte novelístico de Cervantes. Esta novela es un auténtico juego literario metanarrativo, de gran libertad constructiva. Sterne escribió además un Viaje sentimental por Francia e Italia.
Laurence Sterne
Jane Austen (1775-1817) es la novelista que culmina la narrativa de la época. Sus novelas describen, con clara elegancia e ironía, conflictos psicológicos finamente analizados en ambientes burgueses de provincia. Sus obras más destacadas son Sentido y sensibilidad, Orgullo y prejuicio y Emma.
El prerromanticismo de la segunda mitad del siglo En la poesía aparecen elementos anticipadores del Romanticismo, como en Las noches de Edward Young (1684-1765), que introduce el elemento nocturno, o en la Oda al atardecer, de William Collins (1721-1759). A la vez, surge cierta moda medievalista que genera un curioso fraude literario: James Macpherson (1736-1796) publica las Poesías de Ossián, supuestas piezas de un antiguo poeta celta, que durante mucho tiempo se tendrán por auténticas.
Edward Young
La figura poética más destacada es William Blake (1757-1827). Sus composiciones, entre lo simbólico y visionario, lo religioso y el realismo, son de difícil clasificación pues anticipan el Romanticismo, pero también el simbolismo de finales del XIX.
William Blake |
Actualizado el 25/11/2009 Eres el visitante número ¡En serio! Eres el número |